Esta es una noticia de hace poco menos de dos años, pero viene bien para ver las proyecciones de la energía marina en Europa.
El Instituto Tecnológico de Canarias (ITC) investiga hace algún tiempo la posible instalación de dispositivos que permitan aprovechar la energía que producen las olas, también conocida como undimotriz. Estas tecnologías podrían ubicarse en algunas infraestructuras portuarias del norte de las islas capitalinas, aprovechando la ejecución de obras de ampliación de diques y muelles. La utilización de este tipo de energía renovable tiene una pequeña referencia en el Plan Energético de Canarias (Pecan).
El constante movimiento ondulante del mar en estas zonas permitiría al Archipiélago ser un laboratorio de prueba y futura central de este tipo de energía limpia.
Uno de los responsables de este análisis es Gonzalo Piernavieja, director de la división de Investigación y Desarrollo (I+D) del ITC, que lleva más de 10 años estudiando esta forma de energía renovable. Éste explica que el potencial medio en las Islas se sitúa entre 20 y 30 kilovatios por metro frontal de ola (kW/m). Estos parámetros no están entre los más altos, como los del Mar del Norte (entre Reino Unido e Irlanda), con una potencia de hasta 60 kW/m, pero el régimen de olas que se da en el Archipiélago es propicio para su aprovechamiento energético.
Según estima el Pecan, en el año 2015 podrían instalarse en las Islas 50 megavatios de potencia en tecnologías de aprovechamiento de las olas. Además, este documento establece que el coste de generación de este tipo de energía podría estar en torno a los 2.500 euros por kilovatio y 0,15 euros el kilovatio-hora. Sin embargo, con el futuro desarrollo de tecnologías, estas cifras podrían reducirse a la mitad a medio plazo. En cualquier caso, este coste representa actualmente el doble de lo que supone la generación de energía eólica.
La idoneidad del mar y sus olas en los "nortes" de las Islas ha motivado que varias empresas y centros de investigación se hayan interesado en Canarias como zona de pruebas de estos dispositivos.
Piernavieja explica que usar el movimiento de las olas para convertirlo en energía eléctrica necesitaría, ante todo, un marco legislativo financiero que atraiga a posibles inversores, como ha ocurrido ya con la energía eólica y su concurso público puesto en marcha por el Gobierno de Canarias. Pero también es muy importante clarificar el marco competencial de las aguas de las que podría extraerse esta energía. Mientras tanto, lo que sí podría hacerse es poner en marcha plataformas de ensayo de futuras centrales de energía undimotriz. "Los ingleses ya proyectan estos lugares, conocidos como wavehub, en los que prueban diferentes tecnologías de ámbito precomercial", informa.
Mares y océanos
De los mares y los océanos puede obtenerse energía de cuatro formas básicas: la de las corrientes submarinas, la propia de las mareas (mareomotriz), la de gradientes térmicos y la energía de las olas. Respecto a la mareomotriz, "la diferencia en Canarias entre la bajamar y la pleamar puede alcanzar unos 2,5 metros", dice Piernavieja. Se trata de una cifra pequeña si se compara con otros lugares del mundo en que estas diferencias pueden alcanzar hasta los 12 metros.
La única central del mundo de energía mareomotriz en explotación se encuentra en La Rance (Francia), en el estuario del río del mismo nombre, un lugar donde la diferencia de mareas es de 6 ó 7 metros y que produce el 3% de las necesidades eléctricas de la Bretaña francesa. Esta diferencia de alturas se aprovecha mediante presas móviles que almacenan agua para después "turbinarla", de forma similar a lo que se hace en una central hidroeléctrica.
La energía de las corrientes submarinas se aprovecha a través de técnicas similares a las usadas para extraer la energía del viento. Por último, el gradiente térmico permite aprovechar la diferencia de temperatura entre la superficie y la profundidad de los océanos para generar electricidad mediante ciclos termodinámicos.
Tomado del diario El día de España.
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