Las autoridades llevaban años preguntándose de dónde provenía el cobre que se exportaba desde Barranquilla, y otras ciudades de la Región Caribe, hacia Europa y Asia, especialmente a China. La respuesta la encontraron en el alto número de robos que registran las empresas de servicios públicos, que utilizan este material para sus redes de distribución.
En el caso de Electricaribe, en los dos últimos años la mafia del cobre les ha hurtado 10.986 metros, 8.702 de ellos en 2009 y 2.284 en lo que va de 2010, dejándoles pérdidas superiores a los mil millones de pesos.
Las alertas se dispararon por el crecimiento desmedido en los metros de líneas eléctricas robadas en los dos primeros meses del año, ya que aumentaron en 1.939 respecto al mismo periodo del 2009. Una de las hipótesis que se manejan para el incremento se basa en la disminución del valor del cobre, ya que hace algunos años el kilo llegó a costar hasta $20 mil, pero en la actualidad se paga entre $7 mil y $8 mil.
Según la empresa de energía, el último de los 56 casos reportados entre el 2009 y los dos primeros meses del 2010 ocurrió en Barranquillita, sector que junto a la Vía 40 es donde más robos se reportan. En esa ocasión los ladrones amarraron los cables a la defensa de una camioneta, y por la fuerza de arrastre del vehículo cuatro postes cayeron al suelo.
Casos como el anterior demuestran que en la ciudad se pasó de los robos esporádicos de tendidos eléctricos, por parte de indigentes o drogadictos, a planificados, por organizaciones delictivas. “Ya no estamos hablando de personas que roban cables para comer, lo que está ocurriendo es muchísimo más grave”, asegura Benjamín Payares, gerente comercial de Electricaribe.
En la mira de estos ladrones también se encuentran las varillas de puesta a tierra, también de cobre. En los últimos meses se han llevado 300. Para enfrentar este delito, la empresa las viene reemplazando por unas hechas de una aleación que no tiene valor comercial.
LOS AFECTADOS. Aunque el primer perjudicado por el hurto de las redes es la empresa, ya que debe sacar de sus recursos para reponer el cable, esta problemática afecta a la comunidad en general, porque los deja sin el servicio de energía.
“Las empresas y el comercio de la ciudad también se trastoca con estos robos. Si una empresa necesita entregar un pedido y se va la luz, ¿qué sucede?, lo mismo ocurre con tenderos, carniceros y demás comerciantes”, advierte Payares.
El funcionario de la prestadora de energía también cuenta la inseguridad dentro de los efectos de estas prácticas, ya que cuando un barrio se queda sin el servicio está a expensa de los atracadores que utilizan la oscuridad para hacer sus fechorías.
Tomado del diario El Heraldo de Colombia.
En el caso de Electricaribe, en los dos últimos años la mafia del cobre les ha hurtado 10.986 metros, 8.702 de ellos en 2009 y 2.284 en lo que va de 2010, dejándoles pérdidas superiores a los mil millones de pesos.
Las alertas se dispararon por el crecimiento desmedido en los metros de líneas eléctricas robadas en los dos primeros meses del año, ya que aumentaron en 1.939 respecto al mismo periodo del 2009. Una de las hipótesis que se manejan para el incremento se basa en la disminución del valor del cobre, ya que hace algunos años el kilo llegó a costar hasta $20 mil, pero en la actualidad se paga entre $7 mil y $8 mil.
Según la empresa de energía, el último de los 56 casos reportados entre el 2009 y los dos primeros meses del 2010 ocurrió en Barranquillita, sector que junto a la Vía 40 es donde más robos se reportan. En esa ocasión los ladrones amarraron los cables a la defensa de una camioneta, y por la fuerza de arrastre del vehículo cuatro postes cayeron al suelo.
Casos como el anterior demuestran que en la ciudad se pasó de los robos esporádicos de tendidos eléctricos, por parte de indigentes o drogadictos, a planificados, por organizaciones delictivas. “Ya no estamos hablando de personas que roban cables para comer, lo que está ocurriendo es muchísimo más grave”, asegura Benjamín Payares, gerente comercial de Electricaribe.
En la mira de estos ladrones también se encuentran las varillas de puesta a tierra, también de cobre. En los últimos meses se han llevado 300. Para enfrentar este delito, la empresa las viene reemplazando por unas hechas de una aleación que no tiene valor comercial.
LOS AFECTADOS. Aunque el primer perjudicado por el hurto de las redes es la empresa, ya que debe sacar de sus recursos para reponer el cable, esta problemática afecta a la comunidad en general, porque los deja sin el servicio de energía.
“Las empresas y el comercio de la ciudad también se trastoca con estos robos. Si una empresa necesita entregar un pedido y se va la luz, ¿qué sucede?, lo mismo ocurre con tenderos, carniceros y demás comerciantes”, advierte Payares.
El funcionario de la prestadora de energía también cuenta la inseguridad dentro de los efectos de estas prácticas, ya que cuando un barrio se queda sin el servicio está a expensa de los atracadores que utilizan la oscuridad para hacer sus fechorías.
Tomado del diario El Heraldo de Colombia.
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