domingo, 26 de julio de 2015

Argentina: Cómo se vive en los pueblos solares de la Puna



En la Puna, hay pasajes abruptos, colores estremecedores, vicuñas y llamas con moños de lana en las orejas. Y un cielo azul ininterrumpido, con un sol total. Sol que, además de ser un manantial de inspiración espiritual, es una fuente de energía: eléctrica y térmica. Que lo diga si no doña Paulina Alfaro, una jujeña que usa sombrero colorado de ala ancha y trenza su pelo renegrido como dictan las costumbres. Su morada de adobe queda en un campo del departamento de Carahuasi por donde sólo corre el viento, bien lejos de donde pasa la red eléctrica. Pero ahora un pequeño panel solar de tercera generación alimenta la luz de sus lámparas Led en el interior de su rancho sin ventanas. “Yo crié mis hijos a vela”, dice con una sonrisa que parece invencible. Ahora puede tejer hasta la madrugada sin el peligro de que el humo de la combustión se devore el aire o incendie la casa

El sol ha cambiado en formas diversas la vida de muchos jujeños que viven en sitios remotos. Hay mini redes en pequeños pueblos que se alimentan de energía con paneles fotovoltaicos, así como escuelas rurales y pobladores aislados y dispersos que no habrían podido tener iluminación sin esta tecnología. Y también hay experimentos exitosos en la transformación de la fuerza de nuestra estrella vecina en calor para termotanques, cocinas, hornos y sistemas de calefacción. O sea, gente que no tenía ningún confort urbano puede –por ejemplo– bañarse con agua caliente o hacer un guiso sin tener que pagar por una garrafa o quemar leña, un recurso escaso y sensible. El sol es una bendición en más de un sentido.

Jujuy registra un índice de insolación idéntico al desierto del Sahara, lo que coloca a la provincia en el tope del ranking mundial de capacidad de generación de energía solar. La Puna tiene una capacidad de generación cuatro veces mayor que Alemania, donde hay una verdadera revolución fotovoltaica. Silvia Rojo, de la Fundación Ecoandina, una ONG pionera en la utilización del sol, asegura que una “hipotética planta solar de 15 kilómetros cuadrados podría dar energía a toda la Argentina”. Esto quiere decir que hay un manantial de energía que no está oculto en una formación geológica, como Vaca Muerta, que tiene gas y petróleo encerrados en la roca (shale), sino que está a la vista. Una “vaca viva”.

El precio de la energía fotovoltaica ha descendido geométricamente en los últimos años por la necesidad de ir desfasando la utilización de combustibles fósiles por el calentamiento de la atmósfera mundial. Si hubiera un acuerdo en la próxima cumbre del clima, que se realizará en París en diciembre, todos los países deberán en las próximas décadas reducir su huella de carbono, incluyendo el nuestro. La pregunta, entonces, es si hay lecciones en las múltiples experiencias de Jujuy para reproducir en grandes centros urbanos de la Argentina. Y la respuesta es que sí.

Lejos de todo. 

Si Dios fuera efectivamente Febo y tuviera que atender en alguna parte, seguramente consideraría a San Juan de Misa Rumi, a 3.751 metros de altura, como un buen sitio. Casas bajas de adobe. Gente simpática. Y energía solar fotovoltaica y térmica combinada como en pocos lugares en el mundo. Queda absolutamente lejos de todo: el pico nevado que se ve en el horizonte recortado por los cerros pertenece a Bolivia.

En Misa Rumi, la electricidad se genera con una mini central de paneles, que alimenta un banco de baterías. El fluido sirve para dar la luz, hacer funcionar heladeras, alguna que otra tele, la red de internet, entre otras cosas. Pero, claro, tiene sus limitaciones. Un secador de pelo, una plancha, un microondas o cualquier aparato que necesite de una gran inyección de energía arruinaría el sistema y los dejaría a oscuras.

Misa Rumi tiene en la actualidad 8 horas de energía solar y un equipo a diésel de apoyo, pero un proyecto que impulsa Ecoandina con el apoyo de empresas de la provincia y la Nación va en el futuro a darles electricidad a este y a otros tres pueblos durante 24 horas, sin la necesidad de un banco de baterías (lo más innovador). Se trata de un sistema solar hidráulico que se instalará en Paicone, justo en la frontera con Bolivia. Durante el día, una planta fotovoltaica alimentará la red, al mismo tiempo, accionará una bomba que hará subir el agua de una cisterna que está debajo de un cerro hacia lo alto de este, a través de un caño. De esa manera, durante la noche, el fluido acumulado en el piletón arriba de la montaña alimentará una turbina que funcionará por la noche. Por eso se llama Red Renovable 24

La energía del sol está totalmente naturalizada en Misa Rumi: ya hay dos generaciones de niños que se criaron con ella. Julián Martínez y su esposa nos reciben con una deliciosa “sopa solar” hecha con sémola y caldo de llama. Ellos fueron los primeros en adquirir este tipo de cocinas, que consiste en un disco parabólico de aluminio que concentra el calor. El resto del pueblo luego los imitó. “Cocinamos todos los días, todas las comidas: fritamos empanadas, hacemos bife, lo que sea.” El truco es orientarla cada 20 minutos, siguiendo la trayectoria del astro. Hay gente que está tan entrenada en su uso que deja una olla con los ingredientes de un guiso, se va al campo y cuando vuelve tiene la comida lista. “Antes tenía que ir a cargar leña en la espalda”, cuenta el poblador. Para cocinar, la gente no sólo dejaba la salud en el monte (cada atado de madera pesa unos 40 kilos) sino que la utilización extensiva de la tola, el arbusto que crece en esta región, estaba desertificando el territorio, con consecuencias irremediables. Martínez ahora usa el gas como complemento de la cocina solar, lo que reduce sus gastos significativamente. En la Puna también hay hornos solares comunales de pan, una tecnología que trabaja muy bien pero hay que agarrarle la mano, lo que no siempre pasa.

El agua caliente solar, en cambio, no necesita de trucos: es un tanque que se instala en la terraza, que se calienta mediante un sistema de tubos de color negro. Hace 10 años, antes de que llegara el calefón solar, los Martínez tenían que calentar una olla con agua en la cocina. Ahora se duchan con la temperatura perfecta. El calefón solar acaso sea la tecnología más fácil de adaptar a los centros urbanos de la Argentina: no hace falta estar arriba de 3.500 metros del nivel del mar. Vienen de todos los tamaños, los hay importados y de fabricación nacional. En países como Turquía son un estándar en la construcción. En la Puna han hecho una diferencia crucial en la vida de las personas. Por ejemplo, en San Juan y Oros, un pueblo ciento por ciento solar, hay duchas solares comunales. Los pasajeros que llegan polvorientos de los duros viajes en colectivos por los cerros se pueden bañar y relajar.

Energía propia. 

Jujuy tiene ocho pueblos solares híbridos (apoyados por una turbina a gas o diésel) y cinco enteramente solares, que son un ejemplo interesante de cómo funcionan las micro redes eléctricas. “En todo el mundo se está descentralizando la energía. Que cada lugar tenga su propia energía es lo ideal”, dice Silvia Rojo, de Ecoandina. Las grandes obras mamut, como las proyectadas represas sobre el río Santa Cruz, ya no se consideran sustentables por el impacto ambiental que tienen y el metano que generan. “No hay lugar en la Argentina donde la energía solar haya funcionado tan bien como en Jujuy. Esto se podría potenciar más”, dice.

Aunque se han instalado granjas fotovoltaicas en otras provincias (San Juan, San Luis) y se proyectan en Mendoza, Santa Fe y la propia Jujuy, este tipo de energía sigue estando en estado embrionario (es el 0,4 por ciento de la generación total de la red nacional). Pero en el sector de los usuarios dispersos, como el de doña Paulina, esta energía ha descollado.

La red eléctrica integrada tiene una cobertura del 98 por ciento del país. El 2 por ciento que falta (unas 150 mil familias) debe cubrir sus necesidades de otra manera y de eso se encarga un programa llamado Proyecto de Energía para Mercados Rurales (Permer), que recibe financiamiento del Banco Mundial. Esto permitió que tuvieran luz miles de usuarios que viven, por ejemplo, donde sólo se llega en mula.
 
Las baterías que permiten usar la luz del sol de noche eran –hasta hace poco– de plomo ácido. Pesan 60 kilos, con lo cual llevarlas sobre un animal arisco por montes y quebradas es una gesta heroica. Silvano Hidalgo, técnico de Edjedsa, la empresa jujeña que se encarga del mercado disperso, lo sabe en carne propia porque a veces va por caminos que son sólo huellas. Las baterías resultan la parte más delicada del equipo, junto con el conversor, que transforma la energía de 12 voltios en una de 220.

Pero la tecnolgía dio un salto cualitativo con la llegada de las baterías de litio, las mismas que las de los celulares. Pesan diez veces menos. Los paneles son más chicos. Se trata de los equipos de tercera generación. La eficacia del sistema se está testeando en la Argentina y en Bolivia, con la ayuda del Banco Mundial y la fundación suiza Alimentaris.
 
Justina Flores es una mujer octogenaria muy callada que nunca había conocido otra cosa que querosén (cuya combustión es cancerígena) y velas. Ahora tiene un equipo de tercera generación. Sus nietos juegan prendiendo y apagando la luz como una novedad. Su marido, Andrés Cruz, está muy contento con el sistema: viene con una luz móvil que usa para salir a la madrugada por el monte con sus llamas.

La gente quiere más. 

Las escuelas de Jujuy son también centros de experimentación solar. En el año 2000 empezaron a tener paneles. Pero la electricidad alcanzaba para algunas luces y una radio. “Trabajar con los chicos con la vela o mecheros es un sacrificio”, cuenta Emilia Castro, directora de la escuela 350, Malón de la Paz, en San Miguel de los Colorados. Altura: 3.636 metros. Sesenta alumnos. Hace tres años se decidió repotenciar todos los establecimientos educativos rurales, llevando la corriente de 12 voltios a 220 de corriente alterna. Para esta tarea se necesitaron 500 mulas para transportar 408 baterías. También, 6 mil litros de combustible y hasta un helicóptero. Hubo que hacer traslados a pie, cargando los 60 kilos de la bendita batería. Ahora la gente quiere más. No sólo tener internet, sino también la plancha. La sed de energía es infinita. Y el sol está ahí para saciarla sin dañar el planeta.

 Tomado del diario Clarín de Argntina y escrito por Marina Aizen.

sábado, 2 de mayo de 2015

Argentina: En Río Turbio construyen una central a carbón, pero funcionará con gas

Corrían los últimos meses del año pasado y en la Casa Rosada se ilusionaban con festejar el Día del Minero con un acto que quedaría para el recuerdo: aquel 4 de noviembre se encendería en Santa Cruz la Central Térmica Río Turbio, una moderna usina que funciona a carbón. Pero el acto se suspendió y se pasó para este 1° de mayo, Día del Trabajador. Ayer, tampoco se hizo.

No era conveniente que la central en la que se invirtieron algo más de US$ 700 millones, y que sólo fue concebida para asegurar la subsistencia de la mina del mismo nombre, no tuviera su insumo básico: el carbón.

Aunque el Ministerio de Planificación lo negó en varias ocasiones, Yacimientos Carboníferos Río Turbio (YCRT), una empresa intervenida por el Estado, no está en condiciones de abastecer el carbón que necesita la usina. Por eso, en un gesto casi desesperado, le pidió a la Casa Rosada que le permita también funcionar a gas, según muestra un documento obtenido por LA NACION. Hasta ahora, el Gobierno nunca había confirmado ese cambio.

Lejos de los reconocimientos públicos, Planificación ya puso en marcha el plan para adaptar a gas la central. La nota 43.779 de YCRT, con fecha del 22 de enero pasado, lo explica en un título cuya referencia es paradójica: "Abastecimiento de gas natural a la obra «construcción, bajo la modalidad llave en mano, de una (1) central termoeléctrica a carbón»". La carta fue impresa para ser enviada un día después y llegó a la mesa de entradas de la Secretaría de Energía el 26 de enero. La firma Miguel Ángel Larregina, coordinador de YCRT, y está dirigida a varios funcionarios.

Entre ellos, al presidente de Servicios Públicos S.E. de la provincia de Santa Cruz, con copias a la secretaria de Energía, Mariana Matranga, al interventor en el Enargas (el ente que regula el sector gasífero), Antonio Pronsato, y a Segundo Santana, presidente de Distrigas.

En dos carillas y media, el funcionario da explicaciones precisas sobre la necesidad de que la usina a carbón funcione también a gas, un combustible distinto del que fue tenido en cuenta para diseñar y construir el proyecto. "Le solicito tenga a bien considerar el proyecto de abastecimiento de gas natural por un caudal horario total de 64.764 m3/hora [metros cúbicos por hora], a la obra mencionada ut-supra, lo cual nos otorga la posibilidad de operar con combustible dual las máquinas de la Central Termoeléctrica Río Turbio", explica Larregina. Del número solicitado por el funcionario, se desprende que YCRT no sólo busca un suministro ocasional de gas, sino permanente. Si se cumpliera su pedido, en un día la usina consumiría 1,5 millones de metros cúbicos de gas, una cifra importante.

LA NACIÓN intentó comunicarse con YCRT y con Planificación, pero en ningún caso obtuvo respuesta.

A medida que la central se completaba, crecían los rumores en torno a la obra y el proyecto sobre la posibilidad de que no se pueda abastecer.

Pese a la fuerte inversión en maquinaria y a la logística, la empresa produce alrededor de 100.000 toneladas de carbón por año, pero esa cantidad la necesita por mes para que las calderas produzcan al 100% de su capacidad instalada.

Decisión avanzada

El año pasado ya empezaron los movimientos para la adaptación de las instalaciones. A mediados de 2014, una delegación del Ministerio de Planificación viajó a Estados Unidos. Fueron a las oficinas de Foster Wheeler Global Power Group, la firma a la que se le compraron las calderas. La pregunta fue simple: ¿puede funcionar a gas? La respuesta, también: sí, pero hay que adaptarla. De regreso a Buenos Aires, el expediente siguió su curso. Se encargó la ingeniería del proyecto de conversión y luego se giró al Ministerio de Economía para que se autorice el giro de dólares al exterior. Allí la cuestión se trabó. La interna entre los ministros de Planificación, Julio De Vido, y el de Economía, Axel Kicillof, se posó en medio de las urgencias. El titular del Palacio de Hacienda pidió explicaciones para saber para qué se reclamaban los fondos. Inmediatamente después, pidió cotización al fabricante de las calderas para saber si era posible y, en su caso, el costo. Kicillof recibirá el presupuesto por estos días.

Cerca de De Vido, resignados por la pérdida de poder del ministro, decidieron esperar. Sucede que las piezas industriales que se deberían fabricar aún no ingresaron en la línea de producción de Foster Wheeler, algo que sólo ocurrirá cuando se confirme el pedido. Desde ese momento, el tiempo de producción es de alrededor de ocho meses. Luego vendrá el montaje de las piezas que durará, según los técnicos, otros cuatro meses más. Ya no habrá usina que produzca al 100% durante la gestión de De Vido. Una cinta menos que cortar.

Los problemas de la central para generar a carbón son una mala noticia en términos económicos. El proyecto fue presentado como una alternativa para reducir la importación de energía, dado que el mineral se produciría en el país. Pero nada de eso sucederá: cuando se enciendan los quemadores a gas, se usará el combustible importado de Bolivia o por los barcos que llegan a Escobar y Bahía Blanca.

La usina siempre contempló el uso de gas para el encendido, pero no para un funcionamiento más prolongado. Según los manuales de uso de la obra, las calderas deben llegar a 30% de su capacidad a gas o gasoil. Recién entonces, se puede quemar carbón. Justamente para ese fin se construyó una enorme cisterna para almacenar gasoil para esos momentos. Claro que para un suministro continuo, el abastecimiento mediante camiones llenos de combustibles planteaba un problema complejo. ¿Cómo ingresarán en invierno con las rutas congeladas? Sin respuesta para el interrogante, se optó por el gas.

Por eso es que la nota de Larregina reclama el suministro de gas como una condición necesaria para su funcionamiento: "Para garantizar la funcionabilidad del sistema, resulta necesario que la máquina en cuestión tenga altos índices de productividad, y para ello es menester la adquisición y provisión de un combustible alternativo", sostuvo.

Casi desde los orígenes de la iniciativa, algunas voces críticas rechazaron el proyecto por las condiciones del carbón de Río Turbio. Entre otras cosas, decían que su poder calórico y la capacidad de producción de la mina no respondían a las necesidades de una central de esas características. De Vido, en uno de sus habituales comunicados de "desmentida" con el que responde al periodismo, se esmeró para dar por tierra esos argumentos. "Vuelven a demostrar su espíritu porteñocéntrico, ya que cuestionan que se invierta en infraestructura para desarrollar las zonas más alejadas y postergadas", reprochó para desmentir una nota que publicó LA NACIÓN en enero de 2013. Un par de años después, fue su propio funcionario quien hizo un diagnóstico más duro que cualquier otro crítico: "El carbón tiene varios procesos desde que se extrae hasta que llega a la caldera los mismos resultan difíciles de amalgamar, ya que el mineral mencionado varía en cuanto a su composición, su valor calórico y su granulometría [el tamaño de las partículas] y la variación de cualquiera de estos componentes modifica en definitiva la posterior combustión de la caldera, y que de acuerdo con la magnitud de esta perturbación, ésta puede ocasionar el fuera de servicio de la unidad -dice el texto-. Es aquí donde resulta esencial la provisión de gas de referencia y toma mayor relevancia la solicitud en trato, ya que, a través de la misma, se estaría garantizando una alternativa al carbón". Al final de la nota, el funcionario vuelve a insistir en que el uso del gas haría a la central "más confiable y segura en su operación".

La central de Río Turbio tiene en sus orígenes una fatalidad. En 2004, cuando Néstor Kirchner era presidente, 14 mineros murieron por un incendio en una de las galerías. El ex presidente contuvo las críticas con la promesa de la usina y con una montaña de billetes. Tan sólo el año pasado recibió 1550 millones de pesos para gastos corrientes y 644,5 millones para inversiones. La mayor parte se destinó al pago de personal: 1512 millones, más del doble de lo que se usó para inversiones.
 
Tomado del diario La Nación de Argentina.

sábado, 23 de agosto de 2014

Bornera de medición y contraste

Las características del suministro de energía eléctrica a un consumidor no es uniforme. Los factores que inciden en la elección de la modalidad depende de cada compañía distribuidora que establece un sistema tarifario al cual se debe adaptar el proyecto del consumidor.

Es así que en ámbito industrial es usual que la provisión de energía eléctrica se realice en media tensión, dependiendo de la potencia del suministro. El consumidor debe realizar las tareas de adaptación a las tensiones de servicio que poseerá en su establecimiento.

De esta manera la compañía distribuidora factura al consumidor la energía consumida en media tensión, para lo cual debe instalar un sistema de medición indirecto.

Este tipo de sistema adquiere los datos a través de las magnitudes de tensión y corriente proporcionadas por transformadores de medida.

Es una tarea habitual de las empresas distribuidoras verificar el estado de su sistema de medición, realizando contrastes de instrumentos y eventualmente algún recambio. Esta delicada tarea de supervisión y mantenimiento debe ser realizada sin interrumpir el suministro al consumidor, para lo cual entre los transformadores de medida y los instrumentos se intercalan las denominadas borneras de medición y contraste.


A modo de ejemplo citaremos las borneras de medición y contraste Serie BMC de ZOLODA (También las hay de ABB,entre otros) cumplen con las características de robustez mecánica, sencillez y seguridad de operación y confiabilidad ante el riesgo de choque eléctrico al que están sometidos los operadores.

En el siguiente esquema se observa donde se instala:


Información tomada de los catalogos de Zoloda y ABB. Para más información y esquemas de conexión remitirse a los catálogos web de los fabricantes mencionados u otros. 


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