En los próximos dos años Chile podría enfrentar una nueva crisis en el sector eléctrico. Esta vez no será un problema de escasez de oferta, sino de cómo transportar la energía adicional que se incorporará al Sistema Interconectado Central, mayor sistema eléctrico, que opera entre Taltal y Chiloé.
A juicio de las empresas distribuidoras y transmisoras, hoy el principal tendido eléctrico del país requiere realizar nuevas inversiones, porque no tiene la capacidad suficiente para transportar toda la energía que aportarán las generadoras que se incorporen hacia 2012. "Eso significa que las centrales que están construyéndose o por comenzar a construirse, y que tienen plazos de entrada en operación, no tendrían líneas de transmisión para poder despachar esa energía y transportarla hacia los centros de consumo", dice Rodrigo Castillo, director ejecutivo de Empresas Eléctricas AG, entidad que agrupa a todas las distribuidoras y transmisoras.
"Si uno considera los proyectos de generación que se encuentran en construcción o en el plan de obras, las necesidades de transmisión para esos proyectos y cuáles están siendo los tiempos que demora la construcción de las líneas de transmisión, a partir de los próximos dos años, Chile podría enfrentar una crisis de transmisión", advierte Castillo.
Entre las obras en construcción y las previstas por el gobierno al 2012, se deben incorporar 1.500 MW de generación entre la VI y X Región, lo que representa 15% de la capacidad actual. Sólo en construcción hay 1.100 MW.
Una de las mayores preocupaciones de los privados pasa por los tiempos que demoran las tramitaciones y permisos que se requieren, para la construcción de un tendido eléctrico. "Los problemas tienen que ver con temas burocráticos, como la tramitación de servidumbres para efectos de obtención de las concesiones, lo que genera demoras injustificadas", dice Castillo, quien explica que el trámite completo actualmente demora el doble de lo que debería. "La construcción de una línea promedio, debería tener plazos de construcción, desde el momento en que se ingresa el proyecto, de unos dos años, máximo tres. Hoy tenemos demoras que pueden llevarnos a cuatro o cinco años", dice.
Ese diagnóstico es compartido por la generadora Colbún, la eléctrica del grupo Matte. "Hay importantes restricciones de transmisión desde la Región del Biobío hacia la zona central, congestión que provocará un costo bastante alto, que a 2013 puede ser entre US$ 100 millones y US$ 200 millones al año. Esta generación, que no se puede exportar de la zona sur a Santiago, debe ser reemplazada por generación con diésel en la zona central", afirma Bernardo Larraín, gerente general de Colbún.
Para Larraín, el principal desafío está en obtener los permisos de construcción de las líneas en plazos adecuados. "El procedimiento requiere de algunos perfeccionamientos. El procedimiento para planificar las ampliaciones en el sistema troncal de transmisión es extremadamente engorroso, muy lento", indica.
Los privados advierten que de no realizarse las inversiones necesarias, las limitaciones en las redes eléctricas impactarán en las tarifas de los distintos usuarios. "Las limitaciones de transmisión definitivamente pueden generar impacto en tarifas para los usuarios. Si seguimos así, la energía más barata que podría estar disponible se perdería, porque la generación de menor precio no podría ser despachada por limitación de las redes de transmisión", señala Castillo.
Un efecto adicional en las empresas tendría ese escenario. "Puede haber un encarecimiento de los proyectos de generación y eso afectará las evaluaciones que realizan los distintos inversionistas, pudiendo ver postergaciones de proyectos. Hoy, ya en las evaluaciones de los proyectos se están contemplando las dificultades en transmisión", señala Castillo.
Tomado del diario La Tercera de Chile.
A juicio de las empresas distribuidoras y transmisoras, hoy el principal tendido eléctrico del país requiere realizar nuevas inversiones, porque no tiene la capacidad suficiente para transportar toda la energía que aportarán las generadoras que se incorporen hacia 2012. "Eso significa que las centrales que están construyéndose o por comenzar a construirse, y que tienen plazos de entrada en operación, no tendrían líneas de transmisión para poder despachar esa energía y transportarla hacia los centros de consumo", dice Rodrigo Castillo, director ejecutivo de Empresas Eléctricas AG, entidad que agrupa a todas las distribuidoras y transmisoras.
"Si uno considera los proyectos de generación que se encuentran en construcción o en el plan de obras, las necesidades de transmisión para esos proyectos y cuáles están siendo los tiempos que demora la construcción de las líneas de transmisión, a partir de los próximos dos años, Chile podría enfrentar una crisis de transmisión", advierte Castillo.
Entre las obras en construcción y las previstas por el gobierno al 2012, se deben incorporar 1.500 MW de generación entre la VI y X Región, lo que representa 15% de la capacidad actual. Sólo en construcción hay 1.100 MW.
Una de las mayores preocupaciones de los privados pasa por los tiempos que demoran las tramitaciones y permisos que se requieren, para la construcción de un tendido eléctrico. "Los problemas tienen que ver con temas burocráticos, como la tramitación de servidumbres para efectos de obtención de las concesiones, lo que genera demoras injustificadas", dice Castillo, quien explica que el trámite completo actualmente demora el doble de lo que debería. "La construcción de una línea promedio, debería tener plazos de construcción, desde el momento en que se ingresa el proyecto, de unos dos años, máximo tres. Hoy tenemos demoras que pueden llevarnos a cuatro o cinco años", dice.
Ese diagnóstico es compartido por la generadora Colbún, la eléctrica del grupo Matte. "Hay importantes restricciones de transmisión desde la Región del Biobío hacia la zona central, congestión que provocará un costo bastante alto, que a 2013 puede ser entre US$ 100 millones y US$ 200 millones al año. Esta generación, que no se puede exportar de la zona sur a Santiago, debe ser reemplazada por generación con diésel en la zona central", afirma Bernardo Larraín, gerente general de Colbún.
Para Larraín, el principal desafío está en obtener los permisos de construcción de las líneas en plazos adecuados. "El procedimiento requiere de algunos perfeccionamientos. El procedimiento para planificar las ampliaciones en el sistema troncal de transmisión es extremadamente engorroso, muy lento", indica.
Los privados advierten que de no realizarse las inversiones necesarias, las limitaciones en las redes eléctricas impactarán en las tarifas de los distintos usuarios. "Las limitaciones de transmisión definitivamente pueden generar impacto en tarifas para los usuarios. Si seguimos así, la energía más barata que podría estar disponible se perdería, porque la generación de menor precio no podría ser despachada por limitación de las redes de transmisión", señala Castillo.
Un efecto adicional en las empresas tendría ese escenario. "Puede haber un encarecimiento de los proyectos de generación y eso afectará las evaluaciones que realizan los distintos inversionistas, pudiendo ver postergaciones de proyectos. Hoy, ya en las evaluaciones de los proyectos se están contemplando las dificultades en transmisión", señala Castillo.
Tomado del diario La Tercera de Chile.
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