martes, 3 de agosto de 2010

Argentina: AGD genera 30% de su energía con cáscara de maní y girasol

Varias empresas fueron pioneras en la generación y uso de energías alternativas. Tal el caso de Aceitera General Deheza (AGD), que en abril de 2001 puso en funcionamiento una planta para generación de energía térmica a través del vapor que produce su caldera cascarera. Este sistema que permitió reemplazar la utilización de un recurso limitado, el gas natural, combustible principal de las cuatro calderas utilizadas hasta ese momento, por un recurso renovable: la biomasa de cáscaras de maní y girasol. El sistema permitió la instalación de una turbina de vapor que genera el 30% de la energía que se consume en el complejo industrial.

De acuerdo a las explicaciones técnicas, “las cáscaras de girasol, que sirven de combustible para la caldera, se obtienen del proceso de molienda de esa semilla realizado en el Complejo Industrial de la localidad de General Deheza. Y si es necesario se complementa con otros combustibles de similares características, como las cáscaras de maní, provenientes de las plantas seleccionadoras de AGD ubicadas en General Deheza y Alejandro Roca, o en su defecto, de plantas pertenecientes a terceros”, evitando que los productores quemen esos desperdicios a cielo abierto.

Según se desprende de la página Web de la empresa (www.agd.com.ar), la biomasa (cáscaras de girasol y maní) utilizada como combustible es mezclada con cantidades proporcionales de aire en el hogar de la caldera produciéndose su combustión. En este proceso se genera vapor que es utilizado en distintos procesos industriales hasta que retorna a su fase líquida (agua) y es reenviado a la caldera para reiniciar el ciclo térmico.

Así, el uso de esta caldera brinda “innumerables” beneficios al medio ambiente. Desde la compañía destacan “como principal ventaja la preservación de recursos naturales y las reservas de energía del planeta, a través de la sustitución de los combustibles fósiles, no renovables (el gas natural y el fuel oil) por un recurso renovable, la biomasa que queda disponible en los procesos de molienda de girasol o de selección de maní”.

“También se disminuyen las consecuencias de los procesos industriales en el llamado efecto invernadero, puesto que la energía que el medio ambiente debería absorber por la degradación natural de la biomasa no utilizada, contribuye a incrementar la temperatura global del planeta”, subrayan desde la empresa.

Cabe destacar, además, que AGD cuenta con una certificación de la Secretaría de la Convención sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas por la reducción de emisión de gases que producen efecto invernadero en los procesos industriales de las plantas radicadas en General Deheza, que se suma a las de los Sistemas ISO 9001 versión 2008 y GMP B2 (Quality Control of Feed Materials for Animal Feed).


Tomado del diario La Mañana de Cordoba, Argentina.

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