domingo, 3 de enero de 2010

Venezuela: Experto estima que fuentes alternativas podrían aportar 6 mil megavatios

Una: la necesidad de preservar el medio ambiente. Dos: el inicio de una crisis de suministro eléctrico que se agudizó en los últimos meses.

Esas dos razones fundamentales han motorizado, desde hace unos dos años, el tránsito de Venezuela por los caminos de las llamadas fuentes alternativas de energía.

En 2006, el gobierno instaló unos 900 paneles solares en 235 comunidades indígenas y 316 asentamientos de regiones remotas. Con ello se logró capturar la energía del sol y convertirla en la electricidad, con la cual los habitantes de esas regiones hacen funcionar sus sistemas de iluminación, radios y hasta neveras.

La dependencia gubernamental tiene entre sus proyectos la creación de un parque eólico en La Guajira venezolana. Se estima que éste generará 24 megavatios en una primera fase, hasta llegar luego a 48 MW gracias a la activación de un sistema conformado por vientos y paneles solares. De acuerdo con lo previsto por Enelven, este 2010 se completarán los estudios de medición y para el próximo año se prevé instalar los primeros aerogeneradores en 600 hectáreas de la región zuliana.

Aquí y allá

En 2008, el presidente Hugo Chávez inauguró siete unidades fotovoltaicas en la comunidad de Cojoro, Alta Guajira. En total, hay 52 celdas instaladas en esa zona. En Tocuyito, estado Carabobo, el gobierno instaló una fábrica de unidades fotovoltaicas, mientras que en el resto del territorio nacional ha colocado 100 sistemas potabilizadores de agua “alimentados” con energía solar.

Juan Manuel Aller, ingeniero electricista y profesor de la Universidad Simón Bolívar (USB), pertenece a un grupo de investigación que desarrolla, con la colaboración de expertos de otros países, proyectos de este tipo. El especialista resalta que, debido a su clima y ubicación geográfica, Venezuela tiene potencial para desarrollar proyectos con energía eólica, solar, biomasa y mareomotríz, así como a través de los biocombustibles y la basura.

El docente de la USB calcula que, sólo con los recursos de la zona costera (foto), el país podría disponer de al menos 6 mil megavatios, casi lo que produce la represa Guri. “La planta Macagua genera 2 mil MW y la Electricidad de Caracas produce 1800 MW. Con energía eólica tendríamos tres centrales como la de Tacoa.

Hay gran potencial, lo que pasa es que este tipo de energía al principio puede resultar costosa, aunque después no requiere consumo de combustible”, expuso. Por su ubicación geográfica, los estados Nueva Esparta, Falcón y Zulia son pioneros en las investigaciones. En Margarita se adelanta un estudio para generar 100 MW con energía eólica, al igual que en Paraguaná. Ambas iniciativas están a cargo de Petróleos de Venezuela (Pdvsa).

Mar experimental

Aller indicó que algunas empresas privadas como Nova exploran la producción de energía con las olas del mar. Esto -acota- se trata de un ensayo muy incipiente. El referido emprendimiento consiste en elaborar un convertidor de energía oceánica con una capacidad instalada de 10 KW. “La idea es que con la subida y la bajada de las olas se produzca el movimiento de las máquinas generadoras de electricidad que luego se distribuiría en las zonas más cercanas a la costa”, explicó.

El especialista refirió que el Ministerio del Ambiente elabora 1 mil 500 proyectos con energía solar combinada. “Se trata de plantas de gasoil pequeñas que tienen apoyo de energía solar, eólica y de plantas de gasolina para poder suministrar la electricidad generada. Uno de ellos está en Los Roques, pero hay algunos inconvenientes debido a las plagas y el medio ambiente, que es muy agresivo. Eso, no obstante, está por resolverse”.

El profesor universitario advirtió que, aunque este tipo de desarrollos no sustituyen la energía convencional, sí constituyen una posibilidad para zonas muy aisladas de los centros urbanos, donde resulta muy costoso -por ejemplo- tender una red de transmisión eléctrica.

Otra fuente a la que se le puede sacar provecho, acotó Aller, es la basura. Esto a través de la producción de metano. “Ese tipo de desarrollo permitiría ahorrar buena parte de las enormes cantidades de combustibles fósiles empleadas actualmente”, aseguró.

Cosa más costosa!

El ingeniero Juan Manuel Aller afirmó que las plantas traídas de Cuba para paliar la crisis eléctrica en el país consumen mucho gasoil y, a la larga, no son rentables. “Estamos hablando de 400 MW que trajeron en pequeñas plantas (de entre 8 y 15 MW). Tienen muy bajo rendimiento, son complicadas y tienden a fallar con frecuencia. Si nosotros sustituimos eso por energías alternativas, ahorraremos mucho gasoil que podemos exportar y obviamente vamos a dar mucho mejor servicio eléctrico con fuentes de energía diversificada (solar y eólica)”, plantea el experto.

Propuesta criolla

En la reciente Cumbre de Cambio Climático, realizada en Copenhague (Dinamarca), Venezuela propuso reducir 49% las emisiones de gases de efecto invernadero, mientras que los demás países plantearon 20%. La delegación criolla sugirió también programas de reforestación, la transformación de vertederos de basura a cielo abierto, el uso de energías limpias (empleo de hidroeléctricas), la reducción del empleo de refrigerantes y mediciones sistemáticas de la calidad del aire.

La energía renovable, alternativa o blanda, no se agota y produce un impacto ambiental mínimo. Sus fuentes son:
  • Solar: Es el resultado de reacciones nucleares de fusión y llega a la Tierra en cuantos de energía llamados fotones, que interactúan con la atmósfera y la superficie terrestre.
  • Eólica: La que genera el viento. Se deriva de la solar, ya que se genera por un calentamiento diferencial del aire y de las irregularidades del relieve terrestre.
  • Hidroeléctrica: Se obtiene haciendo pasar una corriente de agua a través de una turbina.
  • Geotérmica: Se produce en el interior de la tierra. De ella sacan mayor provecho las poblaciones ubicadas en zonas volcánicas o en contacto entre las placas corticales.
  • Biomasa: Es el conjunto de recursos forestales, plantas terrestres y acuáticas, y de residuos y subproductos agrícolas, ganaderos, urbanos e industriales. Puede ser aprovechada mediante combustión directa o a través de su transformación en biogas, bioalcohol, etcétera.
Unos 3 años es el tiempo aproximado de desarrollo de proyectos de energía eólica. En los primeros 24 meses se hacen los estudios de viento y luego se construye la infraestructura. Ésta -acotó el ingeniero Juan Manuel Aller-, es relativamente sencilla de instalar, una vez completadas las pruebas de factibilidad.


Tomado del diario venezolano El tiempo


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