Un día borrascoso hace que los postes con señales de tráfico tiemblen y las hojas de los árboles se agiten ruidosamente. Son éstas las vibraciones que un grupo de investigación de la Universidad Cornell está aprovechando y transformando en electricidad gracias a un nuevo sistema de almacenamiento de energía.
Este grupo, dirigido por Frank Moon, profesor de ingeniería mecánica y aeroespacial, y entre cuyos miembros figuran Rona Banai, Kevin Pratt y Jamie Pelletier, está trabajando en un método eficiente y de bajo costo para convertir las vibraciones inducidas por el viento en electricidad. Así como los paneles solares lucen ahora en muchos tejados, los investigadores predicen un posible futuro en el cual sean comunes los edificios equipados con paneles vibroeólicos, que podrían almacenar la energía transmitida por incluso la más leve de las brisas.
La captura tradicional de energía eólica requiere el uso de turbinas grandes y costosas. En cambio, una instalación vibroeólica requeriría de un espacio mucho menor y también costaría mucho menos.
Las turbinas eólicas requieren amplios espacios abiertos, los cuales escasean en los núcleos urbanos. Por eso, deben ser instaladas lejos de las ciudades. En cambio, los generadores vibroeólicos podrían funcionar en el entorno urbano.
El equipo de investigación ya ha puesto a prueba un prototipo que consta de un panel y osciladores.
El reto más difícil del diseño, la conversión de la energía mecánica a eléctrica, fue superado usando un transductor piezoeléctrico, dispositivo hecho de cerámica o material polimérico que emite electrones cuando es sometido a esfuerzos mecánicos.
La captura de energía vibratoria no es nada nuevo, pero el interés en el tema ha crecido en años recientes, sobre todo para cuestiones de infraestructura civil. Los ingenieros civiles podrían, por ejemplo, dotar a puentes u otras edificaciones de sensores para detectar incendios y otras amenazas, sensores que estarían alimentados por energía vibratoria, gracias a lo cual quedaría resuelto el problema de su abastecimiento energético a largo plazo.
Tomado del portal Amazing.com.
Este grupo, dirigido por Frank Moon, profesor de ingeniería mecánica y aeroespacial, y entre cuyos miembros figuran Rona Banai, Kevin Pratt y Jamie Pelletier, está trabajando en un método eficiente y de bajo costo para convertir las vibraciones inducidas por el viento en electricidad. Así como los paneles solares lucen ahora en muchos tejados, los investigadores predicen un posible futuro en el cual sean comunes los edificios equipados con paneles vibroeólicos, que podrían almacenar la energía transmitida por incluso la más leve de las brisas.
La captura tradicional de energía eólica requiere el uso de turbinas grandes y costosas. En cambio, una instalación vibroeólica requeriría de un espacio mucho menor y también costaría mucho menos.
Las turbinas eólicas requieren amplios espacios abiertos, los cuales escasean en los núcleos urbanos. Por eso, deben ser instaladas lejos de las ciudades. En cambio, los generadores vibroeólicos podrían funcionar en el entorno urbano.
El equipo de investigación ya ha puesto a prueba un prototipo que consta de un panel y osciladores.
El reto más difícil del diseño, la conversión de la energía mecánica a eléctrica, fue superado usando un transductor piezoeléctrico, dispositivo hecho de cerámica o material polimérico que emite electrones cuando es sometido a esfuerzos mecánicos.
La captura de energía vibratoria no es nada nuevo, pero el interés en el tema ha crecido en años recientes, sobre todo para cuestiones de infraestructura civil. Los ingenieros civiles podrían, por ejemplo, dotar a puentes u otras edificaciones de sensores para detectar incendios y otras amenazas, sensores que estarían alimentados por energía vibratoria, gracias a lo cual quedaría resuelto el problema de su abastecimiento energético a largo plazo.
Tomado del portal Amazing.com.
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