Dos estudiantes de la Facultad de Ingeniería de la UNCuyo, con la colaboración de otro joven del ITU, desarrollaron un invento único en el país que cambiará rotundamente la forma de trabajar en tuberías, gasoductos y otras áreas que son prácticamente inaccesibles para el hombre.
Se trata de un robot, un brazo mecánico de excelente y calculada maniobrabilidad y que, a diferencia de los ya desarrollados en el país, cuenta con la particularidad de ser híbrido. Esto significa que no funciona con un motor eléctrico, sino que lo hace a través de aire comprimido y es el único con características neumáticas.
Según destacó el ingeniero Alfredo Puglesi, docente de la facultad y quien guió a los dos jóvenes durante el proceso, la particularidad de que sea híbrido le permite trabajar en áreas de minería e hidrocarburos, donde además de no poder acceder un ser humano, un aparato eléctrico podría explotar al entrar en contacto con los gases del ambiente.
Los jóvenes, que se recibieron con la confección de este robot, son Gonzalo Ejarque (26) y Juan Pablo Gabutti (24), ingenieros en mecatrónica y que contaron también con la ayuda de Carlos Placci -alumno del ITU-.
En detalle
Como todo en ingeniería, se mide con exactitud. Por eso, en lugar de decir que todo el proceso de creación del robot tomó cuatro meses, Puglesi prefiere contabilizarlo en horas. "Fueron 640 horas de trabajo, empezamos a las 8 de la mañana del 15 de agosto del año pasado y lo terminamos el 15 de diciembre", destacó el magister, durante la presentación desarrollada ayer en la Facultad de Ingeniería de la UNCuyo.
Sin embargo, ni Ejarque ni Gabutti pudieron estar durante la presentación oficial de su hijo, puesto que ambos están fuera de la provincia. Mientras que el primero se encuentra realizando un posgrado en España, su compañero está trabajando en La Rioja.
El robot fue hecho con aluminio industrial argentino y es antropomorfo, ya que emula la forma de un brazo humano. Cuenta con cuatro partes -brazo, antebrazo, muñeca y efector- y el grado de sus movimientos es de 180°. Tiene cinco movimientos posibles -4 grados de libertad y el efector (que vendría a ser la pinza para sujetar)-.
En la parte superior, a la misma altura del efector, el artefacto cuenta con una cámara web para poder monitorear y tener una visión sobre el trayecto por el que se mueva el robot.
"Imagínense un gasoducto donde no puede entrar una persona y tampoco puede entrar otro robot eléctrico porque explotaría. Para estas situaciones sirve el híbrido", sintetizó.
Maniobrabilidad
Esta innovadora creación puede ser manejada de dos formas: manual y automática. Para la forma manual, cuenta con un panel de control remoto. Sin embargo, este tipo de control implica una permanente atención sobre cada una de las combinaciones, que deben ser realizadas en el momento.
También cuenta con la alternativa de manejarlo a través de un dispositivo autómata, lo que permite programarlo para realizar los distintos movimientos e, incluso conectarlo a internet.
Esta comodidad tiene su precio. Es que mientras que para el controlador manual los ingenieros debieron invertir tan sólo 35 pesos, el autómata -dispositivo- tiene un valor de 350 dólares.
"El efector que se le ha instalado soporta un peso de hasta 250 gramos; no es mucho, pero la idea no es que levante, sino que traslade. Sin embargo, toda la estructura soporta levantar hasta 70 kilos", destacó el director del proceso.
Puglesi destacó que esta nueva creación se acerca a la nueva corriente de la tecnología en el mundo, orientada a la inteligencia artificial.
"Estamos desarrollando tópicos nucleados en lo que es la inteligencia artificial. Esto consiste en nuevos elementos que, desde lo informático se desarrolle algo que emule a un sistema neuronal. Algunos robots podrían tener un sistema neuronal similar al de su creador", destacó el especialista.
Tomado del diario Los Andes de la ciudad de Mendoza (Argentina)
Se trata de un robot, un brazo mecánico de excelente y calculada maniobrabilidad y que, a diferencia de los ya desarrollados en el país, cuenta con la particularidad de ser híbrido. Esto significa que no funciona con un motor eléctrico, sino que lo hace a través de aire comprimido y es el único con características neumáticas.
Según destacó el ingeniero Alfredo Puglesi, docente de la facultad y quien guió a los dos jóvenes durante el proceso, la particularidad de que sea híbrido le permite trabajar en áreas de minería e hidrocarburos, donde además de no poder acceder un ser humano, un aparato eléctrico podría explotar al entrar en contacto con los gases del ambiente.
Los jóvenes, que se recibieron con la confección de este robot, son Gonzalo Ejarque (26) y Juan Pablo Gabutti (24), ingenieros en mecatrónica y que contaron también con la ayuda de Carlos Placci -alumno del ITU-.
En detalle
Como todo en ingeniería, se mide con exactitud. Por eso, en lugar de decir que todo el proceso de creación del robot tomó cuatro meses, Puglesi prefiere contabilizarlo en horas. "Fueron 640 horas de trabajo, empezamos a las 8 de la mañana del 15 de agosto del año pasado y lo terminamos el 15 de diciembre", destacó el magister, durante la presentación desarrollada ayer en la Facultad de Ingeniería de la UNCuyo.
Sin embargo, ni Ejarque ni Gabutti pudieron estar durante la presentación oficial de su hijo, puesto que ambos están fuera de la provincia. Mientras que el primero se encuentra realizando un posgrado en España, su compañero está trabajando en La Rioja.
El robot fue hecho con aluminio industrial argentino y es antropomorfo, ya que emula la forma de un brazo humano. Cuenta con cuatro partes -brazo, antebrazo, muñeca y efector- y el grado de sus movimientos es de 180°. Tiene cinco movimientos posibles -4 grados de libertad y el efector (que vendría a ser la pinza para sujetar)-.
En la parte superior, a la misma altura del efector, el artefacto cuenta con una cámara web para poder monitorear y tener una visión sobre el trayecto por el que se mueva el robot.
"Imagínense un gasoducto donde no puede entrar una persona y tampoco puede entrar otro robot eléctrico porque explotaría. Para estas situaciones sirve el híbrido", sintetizó.
Maniobrabilidad
Esta innovadora creación puede ser manejada de dos formas: manual y automática. Para la forma manual, cuenta con un panel de control remoto. Sin embargo, este tipo de control implica una permanente atención sobre cada una de las combinaciones, que deben ser realizadas en el momento.
También cuenta con la alternativa de manejarlo a través de un dispositivo autómata, lo que permite programarlo para realizar los distintos movimientos e, incluso conectarlo a internet.
Esta comodidad tiene su precio. Es que mientras que para el controlador manual los ingenieros debieron invertir tan sólo 35 pesos, el autómata -dispositivo- tiene un valor de 350 dólares.
"El efector que se le ha instalado soporta un peso de hasta 250 gramos; no es mucho, pero la idea no es que levante, sino que traslade. Sin embargo, toda la estructura soporta levantar hasta 70 kilos", destacó el director del proceso.
Puglesi destacó que esta nueva creación se acerca a la nueva corriente de la tecnología en el mundo, orientada a la inteligencia artificial.
"Estamos desarrollando tópicos nucleados en lo que es la inteligencia artificial. Esto consiste en nuevos elementos que, desde lo informático se desarrolle algo que emule a un sistema neuronal. Algunos robots podrían tener un sistema neuronal similar al de su creador", destacó el especialista.
Tomado del diario Los Andes de la ciudad de Mendoza (Argentina)
No hay comentarios:
Publicar un comentario