La jornada contó con la presencia de los ministros de Minería, Laurence Golborne y de Medio Ambiente, María Ignacia Benítez, además de expertos internacionales como el Director de Productos de Nissan Latinoamérica, Kenneth Ramírez; el General Manager de Electric Vehicle de Tokyo Electric Power Company, Takafumi Anegawa; y los destacados académicos del Departamento de Ingeniería Eléctrica de la Universidad de Chile, Rodrigo Palma y Jaime Alée, y el subgerente de Sostenibilidad de Chilectra, Jean Paul Zalaquett, quienes expusieron las conclusiones del estudio.
El estudio concluyó que en el corto plazo la red eléctrica domiciliaria no se vería afectada por la incorporación de vehículos eléctricos al parque automotor. Es más, señaló que Santiago está preparada para la masiva entrada de este tipo de vehículos, que implican un gran salto tecnológico y medioambiental.
Otra de las conclusiones es que la autonomía de estos vehículos determina la necesidad de una red de cargadores de "carga rápida"; no hay convergencia en la industria automotriz hacia un solo esquema o tecnología de carga rápida, pues varían dependiendo del origen del producto; y existe una necesidad y oportunidad para desarrollar esta tecnología de cargadores multi estándares en Chile.
Según el estudio, "comparativamente, para la inserción de esquemas de carga lenta en el país, desde el punto de vista privado, no se visualizan barreras relevantes (...). Con un esquema de gestión de los sistemas de distribución, penetraciones de un 10% no debieran imponer requerimientos mayores en las redes de distribución".
El director de Nissan Marubeni en Chile, Carlos Varas, dijo que "la lucha contra el calentamiento global es algo que Nissan se lo ha tomado muy en serio y el resultado de esto es el desarrollo del Nissan Leaf, pero no podemos introducirlo ni venderlo en el país sin antes saber cuáles serían las consecuencias para Chile. Por eso que con este estudio y sus resultados, podemos seguir avanzando en las iniciativas y conversaciones para tener en el país el Nissan Leaf".
A partir del cambio de paradigma que va a enfrentar la industria automotriz los próximos años, se abren oportunidades de investigación, innovación y desarrollo para Chile, que junto con apoyar el desarrollo de la industria a nivel local o regional, permiten crear nuevo conocimiento aplicable a escala global.
"Los académicos de la Universidad de Chile estiman que la evolución hacia los autos eléctricos se producirá en los próximos cinco años, por lo que las oportunidades son de corto plazo y por tanto hay que tomarlas de inmediato, tanto como país y como empresa privada", afirmó Carlos Varas.
OPORTUNIDADES
El estudio concluyó que "en cuanto al país, es la oportunidad de desarrollar una industria de valor agregado y con enfoque global en la industria naciente de redes de carga y también en el desarrollo de baterías considerando que Chile es, por ahora, el primer productor mundial de Litio, elemento clave en esta industria. Igualmente, el uso del cobre en el motor eléctrico y en el inversor al menos se duplica en un auto eléctrico versus uno de combustión interna y ello significa unos 20 kg extra de cobre por vehículo".Por otro lado, un auto eléctrico necesita el doble de cobre que un auto normal, lo que hace que Chile, como productor de este mineral, sea un potencial proveedor de las automotoras.
"Chile tiene una de las mayores reservas de litio en el mundo y los autos eléctricos dependerán de este mineral, por lo que el país podría pasar a ser un gran aliado. Algo similar con la producción de cobre, ya que un auto normal ocupa 18 kilos de este metal, mientras que uno eléctrico requiere más de 60 kilos", sostuvo Varas.
Tomado del diario La Tercera de Chile.
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