“Se efectuarán tareas específicas en el área nuclear que requieren el reemplazo de tubos de presión de los canales de combustible del núcleo del reactor”, se indicó desde la Central. Hace un mes, La Voz del Interior adelantó que la usina debía salir de servicio, en una parada fuera de la agenda de las que realiza cada año y medio para mantenimiento e inspección de rutina, al haberse detectado que al menos dos de los 380 tubos o canales de combustible del reactor requerían un cambio.
Por razones de seguridad, no debía seguir funcionando sin ese cambio. Según se supo, la empresa canadiense AECL, diseñadora del reactor, planteó por memorándum la necesidad de recambio de esos canales. Las tareas la harán especialistas de la empresa estatal argentina “con soporte técnico” de la firma canadiense. Según se indicó, trabajos similares fueron realizados en 1995.
Por tratarse del corazón del reactor de generación, la tarea no puede realizarse sin paralizar completamente la planta.
La Central de Embalse está a punto de culminar su vida útil, tras 26 años de funcionamiento. Pero están en marcha los trabajos previos para renovar gran parte de sus equipos vitales para prolongar su actividad por otros 25 o 30 años. Entre las tareas para ese reciclaje, figura el recambio integral de los 380 tubos del reactor. La usina genera desde 1984 y aporta con sus 600 megavatios casi el seis por ciento del total de energía que consume el país.
Otra entra a la cancha. Mientras, la central hidroeléctrica Río Grande, también ubicada en el valle de Calamuchita, está nuevamente en marcha, luego de dos meses en los que quedó fuera de servicio debido a serias dificultades provocadas por la inesperada inundación de puntos vitales.
Desde Epec, que opera la planta aunque no despache energía al sistema provincial, se señaló que hace dos semanas se reinició la generación tras subsanarse los problemas ocasionados por el ingreso de agua a la sala de máquinas construida en caverna. De los cuatro transformadores, por ahora dos están en funcionamiento por lo que entrega la mitad de los 700 megavatios que tiene de capacidad. La energía de Río Grande va al sistema interconectado nacional, al igual que la de su cercana Nuclear de Embalse.
La hidroeléctrica de Cerro Pelado es la más grande de Córdoba y tiene la particularidad de que puede generar energía en momentos picos de demanda, y no necesariamente en forma constante.
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