El metano es un gas ampliamente utilizado como combustible en turbinas o en generadores de vapor. Es un gas de efecto invernadero 20 veces más potente que el dióxido de carbono, cuya liberación incontrolada hacia la atmósfera aceleraría el proceso del calentamiento global. Pero de forma controlada, es común su uso como fuente de calor para casas y cocinas, en forma de gas natural. Y desde hace no mucho tiempo, también como combustible alternativo de vehículos. La idea no es nueva: el metano ya es un carburante utilizado en Europa y América, llamado gas natural comprimido (GNC).
La cuestión es: ¿cómo se obtiene este gas metano? En la naturaleza, se produce como producto final de la putrefacción de las plantas y elementos orgánicos. Y también de los residuos humanos. Precisamente de estos últimos se ha creado el llamado biometano, extraído del tratamiento de, literalmente, excrementos humanos. Un hallazgo que supone un paso más en la búsqueda de fuentes naturales para combustibles de vehículos.
Parece mentira, pero…
The Greenfuel Company, la Compañía de Combustibles Verdes, es una organización con sede en Bath, Reino Unido, dedicada a la creación y desarrollo de combustibles de automóviles alternativos a la gasolina y diésel menos contaminantes, pero igualmente competentes. El gas licuado del petróleo (GLP) es, en estos momentos, su principal alternativa a los combustibles tradicionales, pero siempre se encuentran en constante búsqueda de nuevas opciones: biodiesel, hidrógeno, y por supuesto, la electricidad.
Debido a su experiencia en este campo, la compañía de reciclado Geneco, filial de la organización de tratamiento de aguas y residuos del suroeste de Inglaterra Wessex Water, se dirigió a The Greenfuel Company con una proposición: en lugar de utilizar el gas metano proporcionado por el tratamiento de residuos en sus plantas para generar electricidad, quizás se podría utilizar para propulsar un automóvil.
Ingram Legge, director de The Greenfuel Company, habló con Deutsche Welle sobre la idea. “Geneco nos preguntó si sería posible”, recuerda, “y nosotros respondimos rápidamente: ‘sí, podemos’”. El proceso requería una limpieza exhaustiva del metano extraído de los residuos de Geneco para la total eliminación del CO2 de su contenido, pero una vez superado este obstáculo, el biometano ha demostrado ser tan eficiente como su hermano el GNC.
Los requisitos
La demostración, llevada a cabo en un sencillo Volkswagen Beetle por las calles de Bristol, tuvo gran éxito entre la audiencia, y se espera que muchos coches sean modificados a partir de ahora para poder circular con biometano. Para ello, se requeriría una serie de instalaciones extra en el vehículo que tardarían entre 3 y 4 días, con un coste aproximado de 2.500 euros.
Esta instalación, no obstante, no elimina por completo la gasolina o el diésel como elemento combustible en los coches: la creación de un sistema que funcione únicamente con biometano sería posible, pero requeriría más cambios en el automóvil que aumentaría el precio de la instalación considerablemente. El actual modelo de coches de biometano requiere la combustión de gasolina durante los primeros minutos de conducción, hasta que el coche adquiere la temperatura adecuada.
Entonces, el sistema cambia automáticamente para propulsar al coche únicamente con biometano. “Siendo realistas, el uso de gasolina para los primeros minutos sigue siendo mejor que su uso para todo el viaje”, comenta Legge, “y además, añade la ventaja de que si uno se queda sin combustible a medio camino, el sistema cambia de nuevo automáticamente a la gasolina. Nunca está de más tener un depósito de emergencia extra”, sonríe.
Bio-metano vs electricidad
Este es un detalle en el que los coches eléctricos le llevan ventaja al nuevo coche de bio-metano. Con los coches eléctricos no se emite gas alguno a la atmósfera… Al menos directamente. Y si esa electricidad proviene de fuentes renovables, entonces tampoco se darían emisiones contaminantes de forma indirecta. Pero muchas veces, esto no es así. “Si para obtener esa electricidad se ha de recurrir a la combustión de gases o a reacciones nucleares, no se trata de una energía sostenible”, afirma Legge.
Además, los coches de biometano también cuentan con una gran ventaja sobre los eléctricos a la hora de rellenar sus depósitos. Mientras un coche eléctrico necesita varias horas para cargarse, los depósitos de los coches de biometano se llenarían del mismo modo que los automóviles convencionales de gasolina, tan pronto como el bio-metano llegue a las estaciones de servicio en las carreteras. Además, el combustible duraría también mucho más tiempo. “Los coches eléctricos son una gran idea, pero son más prácticos para conducir por la ciudad. A la hora de hacer trayectos largos, un coche de biometano es mucho más fiable. Nadie quiere quedarse tirado en la cuneta en medio de un viaje familiar”, bromea el director de The Greenfuel Company.
En conclusión, ¿podría decirse que los coches de bio-metano son los coches del futuro? “Definitivamente, será uno de los coches del futuro, pero no el único”, afirma Legge. “Habrá automóviles con todo tipo de propulsiones, y este será sin duda uno de ellos”. Está claro que, en un futuro donde todo se aprovecha, la gasolina y el diésel tienen los días contados.
Tomado del portal alemán Deutsche Welle
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