El vehículo, bautizado como SRZero, recorrió catorce países con un promedio de 290 kilómetros por día. Entre otras ciudades se detuvo en Vancouver, San Francisco, Las Vegas, México D.F., Bogotá, Quito, Lima, Santiago de Chile, Bariloche, Esquel y Río Grande.
Los once estudiantes del Colegio Imperial de Londres (entre los que hay alemanes, ingleses y un holandés) armaron el coche para esta prueba. Convirtieron un descapotable naftero en un modelo eléctrico con más de 400 caballos de fuerza que puede alcanzar los 200 kilómetros por hora. El coche cuenta con dos motores eléctricos en la parte trasera que transforman la energía eléctrica en movimiento mecánico y duplican la potencia disponible. Además, dispone de pilas de fosfato de litio-hierro con una capacidad total de 56 kilovatios hora (kwh) que suministran la potencia requerida.
“Estamos orgullosos de haber logrado la meta y por desarrollar esta propuesta”, dijo al llegar a Ushuaia Toby Schulz, uno de los pilotos.
Patrocinados por KPMG, los aventureros experimentaron todo tipo de incidentes durante su largo viaje, como el calor del desierto, temperaturas bajas, fuertes tormentas tropicales y problemas técnicos. Pese a las adversidades, los jóvenes consiguieron el objetivo. “Mucha gente nos dijo que no íbamos a alcanzar la meta de Ushuaia por la condición del automóvil, sin embargo lo logramos”, comentó Shulz.
Tomado del diario Clarín de Argentina.
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