miércoles, 26 de mayo de 2010

Cómo atrapar el viento

En Soria ya son parte del paisaje, pero hay un largo proceso hasta que 'brotan'.

Los parques eólicos se han convertido en una fuente de energía renovable, pero también de recursos para ayuntamientos y vecinos a los que la despoblación comenzaba a descuadrar las cuentas.

Iberdrola Renovables está en pleno proceso de instalación de cinco aerogeneradores en el parque eólico Ventosa del Ducado.

ELMUNDO.es acompañó a los trabajadores durante una jornada para comprobar cómo se ponen en pie estos gigantes capaces de convertir un corriente de aire en una de voltios.

El proceso comienza cuatro años atrás según confirmó Manuel Quijano, responsable del departamento de Construcción de Parques Eólicos de la compañía.

Mientras avanzan los trámites administrativos "se colocan unas torres para medir durante dos o tres años que están tomando datos continuamente. En función del viento que haya y del precio de una u otra máquina se estima cuál es la más rentable". En Medinaceli hay "2.700 ó 2.800 horas de viento al año".

Después toca hacer los cimientos de cada aerogenerador, en este caso de 15 metros por 15 metros y 1,5 metros de profundidad.

Luego se hace el acopio de material y comienza la fase más vistosa. El mástil está dividido en cuatro tramos de 50 toneladas cada uno que suman 78 metros. Hasta el tercero, hay ascensor.

Y por fin, llega el momento de instalar la 'caja mágica' (góndola) que convierte los giros en watios, y el buje.

La precisión debe ser exquisita. Un golpe de viento no sólo tiraría por tierra cientos de miles de euros. En lo alto del mástil hay trabajadores dispuestos a fijar toda la estructura superior suspendida por la grúa -107 toneladas, para más señas- con pernos.

Cuanto más cerca se está, más impresiona. Pero a la vez surge la pregunta de cómo es capaz de resistir en pie en una zona de fuertes vientos.

"Está estudiado para soportar unas velocidades de viento muy elevadas. Cuando se superan los 25 metros por segundo la máquina se para automáticamente, las palas se giran para quedar 'en bandera', es decir, ofreciendo la menor resistencia aerodinámica al viento, y reduce el impacto que pudiera sufrir". ¿Y si algo falla?

"Está todo informatizado desde la subestación. Todas las alarmas que pudieran saltar se controlan desde el mismo sitio y luego se hacen inspecciones periódicas en los aerogeneradores". Les quedan por delante muchas vueltas que dar.

Tantas, que ni siquiera Fernando Martínez Rioja, director territorial de Iberdrola Renovables, está muy seguro. Como todo el sector.

"Los aerogeneradores están pensados para una vida útil de unos 20 años. No obstante es una tecnología que lleva prácticamente en funcionamiento una década, así que ningún aerogenerador ha llegado hasta esa edad y no se sabe exactamente".


Tomado del diario El Mundo de España.

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