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martes, 31 de diciembre de 2013

Argentina: El Gobierno apuesta por Atucha II para salir de la crisis, pero no alcanza



Ante la crisis energética que atraviesa el país, muchas son las ideas que se arrojan para tratar de paliar los resultados catastróficos, en algunos casos, o para minimizar lo que es visible para todos. Desde el Gobierno de la Ciudad promueven la obligatoriedad de equipos de generación eléctrica para cada edificio superior a los seis pisos, algo cuya operatividad y financiamiento aún no se pudo explicar.

También se ha propuesto adelantar el huso horario, a pesar de que el fuerte del consumo eléctrico proviene de los sistemas de refrigeración frente a las altas temperaturas, que no aflojan ni de madrugada.

El Gobierno nacional, en cambio, ha optado por minimizar la problemática hasta llegar al extremo del Jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, quien sostuvo que los cortes de electricidad “sólo afectan del 1 al 3% de la población”. Por otro lado, Capitanich destacó la visita que realizó el sábado, junto al ministro de Planificación, Julio de Vido, a la obra de Atucha II, “una inversión estratégica de casi 3 mil millones de dólares que generará un cambio en la matriz energética”.

Sin embargo, el cambio en la matriz energética será breve, dado que los 745 megavatios que aportará Atucha -cuando entre en funcionamiento- apenas alcanzarán para sobrepasar los 600 megavatios que se perderán con la salida de la central de Río Tercero, que debe entrar en mantenimiento. Y si los 745 megavatios se sumaran a los ya existentes, así y todo se encuentra muy lejos de cubrir la demanda nacional, que se incrementa entre 1200 y 1500 megavatios por año, según señaló a FortunaWeb el ingeniero Emilio Apud, exsecretario de Energía.

“Todo lo que dicen desde el Gobierno sobre la energía, son macanas“, afirmó Apud, y recalcó que “en 2.003 había 22 mil megavatios en el sistema eléctrico”. Respecto de la generación de energía que el Gobierno afirma haber llevado adelante, Apud dijo a este sitio que se sumaron 13.000 megavatios “por fuera de la escala”.

“La tecnología utilizada para Atucha II es la misma que la de Atucha I, o sea un sistema de la Kraftwerk Union de uranio natural y recipiente de presión”, detalló, y añadió: “En los noventas, el Gobierno no consideró oportuno finalizar la obra de Atucha II y hasta se llegó a debatir si convenía hacerlo, ya que utilizaría una tecnología que en el mundo dejó de utilizarse“.

El gobierno de Néstor Kirchner consideró que era necesario finalizar la central atómica y mediante un decreto de 2006 se encargó la terminación de la obra, que debería estar en funcionamiento para 2009, con un presupuesto de 700 millones de dólares. La licitación, para variar, la ganó Electroingeniería.

Pero la obra no sólo no se inauguró en 2009, sino que se gastaron 2.300 millones de dólares por encima de lo presupuestado. En 2011, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner celebró un acto con el objetivo de inaugurar la etapa de inicio de funciones de la central atómica, a pesar de no cumplir con las normativas de seguridad internacionales. Luego del acto inaugural -y la consecuente cadena nacional- la central comenzó un costoso período de refacciones en materia de seguridad que podría haberse evitado de antemano.

Finalmente, según dijo este lunes Capitanich, en el mes de abril Atucha II entraría en funciones. Sería 34 años después de haber iniciado su construcción, 27 años después de la fecha planificada para su finalización, 6 años después de la fecha ordenada para su puesta en marcha, a 3 años del acto inaugural de la Presidenta y a 2.300 millones de dólares de los 700 millones presupuestados originalmente.


Tomado del sitio argentino FortunaWeb  

domingo, 26 de febrero de 2012

La planta nuclear de Irán empezará a funcionar a pleno la semana próxima


La primera central nuclear de Irán estará conectada a la red nacional a plena capacidad en las próximas semanas, dijo el jefe dela Organizaciónde Energía Atómica del país, Fereydoun Abbasi-Davani.

La planta Bushehr fue construida por Rusía y forma parte del programa nuclear del régimen iraní, el cual los países occidentales creen que es un intento de desarrollar la tecnología necesaria para construir armas nucleares, lo que representa una amenaza para el mundo.

Por su parte, Irán sostiene que el programa es exclusivamente para satisfacer necesidades energéticas y médicas. Fereydoun Abbasi-Davani dijo que la planta generó 700 megavatios desde principios de febrero y producirá electricidad a su máxima capacidad de 1.000 megavatios a comienzos del nuevo año iraní, que se inicia el 21 de marzo.

"La energía nuclear, con una capacidad de 1.000 megavatios, estará vinculada a la red eléctrica nacional a principios del año próximo", dijo Abbasi-Davani. "Con el fin de asimilar la capacidad se realizarán diversas pruebas con una capacidad del 75 por ciento", agregó.

La planta fue construida por contratistas rusos después de que Teherán y Moscú firmaron un acuerdo en 1995. La central estaba terminada hace varios años, pero los planes iraníes se vieron complicados por problemas tecnológicos y financieros.


Tomado del diario Infobae de Argentina

domingo, 22 de enero de 2012

Alargar la vida útil de las nucleares es la principal apuesta tras Fukushima

La industria nuclear continúa sumida en un fuerte estancamiento en términos globales. Los altos costes de sus inversiones económicas y la dificultad para recuperarlas (dados los largos y cambiantes ciclos económicos de estos proyectos), así como un cierto síndrome de Fukushima, son factores que juegan en su contra.

La
construcción de nuevas centrales nucleares es una excepción en los países occidentales. Actualmente, hay 64 centrales en construcción en todo el mundo, pero más de la mitad (el 55%) están en el mundo en desarrollo, y tres cuartas partes en China (27), Rusia (11), India (5) y Corea del Sur (5).

En España, el Gobierno excluye la construcción de nuevas centrales y se inclina por prolongar su vida útil. La pretensión de revocar el cierre de Garoña –previsto para el 2013– y prolongar su funcionamiento hasta el 2019 se inscribe en esta línea. La prórroga de las centrales aparece como la mejor opción para mantener sus constantes vitales.

En todo el mundo, existen 437 reactores, que operan en 30 países. Hay siete centrales menos que hace diez años (aunque su potencia sube ligeramente). El sueño de cuantos imaginaban que la energía eléctrica pivotaría sobre la energía del átomo se ha desvanecido. El papel de esta fuente de energía está declinando, con un estancamiento que se prolonga desde 1990; actualmente aporta el 13% de la generación de electricidad.

El accidente de Fukushima ha ensombrecido su futuro. Alemania decidió cerrar inmediatamente las centrales (8) que superen los 30 años de antigüedad. Suiza decidió suspender el proceso para aprobar tres nuevas centrales hasta revisar sus estándares de seguridad. Italia ratificó su renuncia (acordada en 1988). Y la autoridad de la seguridad nuclear de Francia ha anunciado, tras auditar las centrales galas, que deben hacerse inversiones de miles de millones de euros para obtener garantías de seguridad.

En la UE, entre los proyectos que han sido citados para invocar el renacimiento nuclear está la planta de Olkiluoto, en Finlandia, de tecnología francesa, aunque la instalación, iniciada en el año 2005, ya lleva un retraso de cuatro años y su presupuesto se ha incrementado un 97%. Francia (1), Bulgaria (2) y Eslovaquia (2) son las otras naciones europeas que promueven centrales nucleares.

El Reino Unido mantiene su plan para apoyar la energía nuclear, pero con precios regulados, como se hace con las energías renovables, para garantizar los beneficios y permitir que obtengan una ventajosa financiación. "Pero aun así, eso tampoco anima a los inversores", explica Jordi Ortega, investigador de la Universidad Carlos III.

La prórroga en el funcionamiento de las centrales nucleares tiene como principal referencia a Estados Unidos, que ha renovado el funcionamiento a 59 reactores hasta 60 años. En EE.UU., el parón ha sido espectacular. Desde 1973, sólo se ha levantado una central (Watts Bar 1, en 1996). Actualmente hay una en construcción (Watts Bar 2, iniciada en 1972 pero congelada en 1985); y del plan de apoyo de la era Bush sólo quedan dos proyectos que esperan la autorización final, al reducirse el apoyo en los créditos garantizados.

Alemania, tras el accidente de Fukushima, además de cerrar sus ocho instalaciones nucleares más viejas, decidió establecer el calendario de cierre antes del 2021, con lo que tendrán una media de vida de 32 años. Además, se ha previsto una tasa para que parte de los beneficios se destine a fomentar las energías renovables.

La revitalización de la industria nuclear confiaba en el diseño de nuevos reactores destinados a ofrecer una energía más barata y más segura, pero esto ha sido "una falacia", según el estudio de Mycle Schneider. El informe señala que los costes de inversión en nuevas plantas aumentaron seis veces en la pasada década, por el largo y complejo proceso de diseño conceptual, revisiones y obtención de licencias. "Y el accidente de Fukushima sólo contribuirá a que sus costes se encarezcan más", se añade.

La construcción de una planta nuclear (1.00 MW) cuesta entre 4.000 y 5.000 millones de euros, mientras que si es de gas vale unos 2.000 millones de euros, admite María Teresa Domínguez, presidenta del Foro de la Industria Nuclear, que agrupa los intereses de sector.

En España, donde no existe moratoria nuclear, las compañías eléctricas podrían intentar construir nuevas centrales. Pero, "de momento, no han presentado ninguna solicitud", admite María Teresa Domínguez. La prioridad del sector (y también del Gobierno) es, sin duda, prolongar los periodos de operatividad.

De hecho, en España no se precisa más electricidad, pues existe un parque de generación eléctrica sobredimensionado. La punta de demanda eléctrica alcanza los 44.000 MW, mientras que la potencia instalada tiene 103.000 MW tras el fuerte desarrollo de las plantas de ciclo combinado y el boom de la eólica.

"Las plantas nucleares, o bien se levantan con ayuda del Estado o no se pueden hacer, y esa pretensión es contradictoria con el discurso liberal con el que se presentan sus partidarios", sostiene Javier García Breva, presidente de la Fundación Renovables.

Pese a que en nuestro país no hay ningún proyecto nuevo en marcha, sus partidarios ven necesario planificarlas a medio y largo plazo, pues, de media, se precisan unos diez años hasta que los proyectos se plasman. "No sería ilógico pensar que España iniciase la tramitación de nuevas centrales, pues, si se inicia un periodo de crecimiento económico, en el plazo de 10 o 15 años, deberíamos tener en el mix energético alguna unidad más", agrega la presidenta del Foro Nuclear.

Jaume Morron, experto en energía, estima que el accidente de Fukushima simboliza la repercusión de un suceso nuclear. "Algo que tenía un valor de miles de millones de dólares se convierte en una rémora. Se necesitarán 20 años para desmantelar las instalaciones y 100 años para recuperar el emplazamiento. El Gobierno nipón estudia nacionalizar la empresa Tepco", afirma. Morron considera relevante que la empresa ABB (de bienes de equipo nuclear) renunciara hace un decenio a las inversiones en la industria nuclear, algo que anunció también Siemens recientemente, mientras que juzga sintomáticas las pérdidas económica de Areva, la multinacional francesa.

Otros expertos, como Jordi Ortega, destacan que la hoja de ruta trazada por la UE en materia energética para el 2050 incluye algunos escenarios en los que la energía del átomo resulta casi irrelevante en 40 años.

De hecho, la prórroga de la vida de las centrales nucleares es la única salida de la industria para enfocar su futuro desarrollo. Para mantener el mismo número de plantas en operación, se necesitarían finalizar 18 reactores antes del 2015, lo que significa conectar a la red una planta cada tres meses en la próxima década y otras 191 unidades en la siguiente década: una cada 19 días. ¿Lo conseguirá el sector?

Las restricciones en la fabricación, las exigencias crecientes de seguridad adicional, las dificultades de provisión de uranio, la escasez de expertos y los riesgos de proliferación nuclear son factores que siembran muchas dudas, dice García Breva. En la UE, entre el 2000 y el 2010, las fuentes de generación que crecieron más fueron el gas (118.192 MW adicionales), la eólica (74.414 M) y la fotovoltaica (26.427), mientras que bajaron la nuclear (7.594 MW), el carbón (9.504 MW) y el fuel (13.165 MW).


Tomado del diario La Vanguardia de España

sábado, 3 de diciembre de 2011

Argentina: La PIAP alcanzó una producción de 600 toneladas de agua pesada


La Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP) de Arroyito completó la producción de 600 toneladas de producción para la central nuclear Atucha II y generó ingresos por más de 450 millones de pesos, informó la provincia.

"Es el récord histórico de producción, en un momento fundamental para el desarrollo nuclear de nuestro país", afirmó el ministro de Desarrollo Territorial de Neuquén Leandro Bertoya.

La planta, administrada por la Empresa Neuquina de Servicios de Ingeniería (ENSI) y la Comisión Nacional de Energía Atómica, está trabajando al 100% de su capacidad para llegar a finales del año próximo a "la producción de 750 toneladas de agua pesada" que permitirán poner en marcha la Central Nuclear Atucha II, explicó Bertoya a hablar con "Río Negro".

El ministro, confirmado para la próxima gestión, es presidente del directorio de la PIAP hasta marzo de 2012. En ese momento asumirá el representante de la Comisión Nacional de Energía Atómica pues la presidencia es rotativa.

Con un par de excepciones, desde 2006, estuvo casi por completo dedicada a la nueva central, pero ya más claramente "se trabajará al máximo de la capacidad instalada" con el mencionado objetivo en los meses venideros: garantizar unas 200 toneladas en total.

Los datos fueron suministrados por el gobierno neuquino, que destaca en un informe que de 2006 a la fecha, la curva de la productividad ha ido en ascenso, con valores superiores a las 100 toneladas por año en 2008 (144, 04 tn), 2011 (138), y 2012 (162).

"La PIAP es una empresa que se constituye con el estado nacional, con el estado provincial y con los trabajadores que funciona bien y con normas de calidad certificadas en todos los procesos, con ingresos por concurso público y que en la década del 90 se planteó como de imposible funcionamiento. Es una empresa exitosa en cuanto a gestión", sostuvo Bertoya.

El futuro parece ser promisorio para la planta ubicada en Arroyito.

Sobre todo si se tiene en cuenta que luego de cumplir para la puesta a punto de Atucha II, existen altas posibilidades de que mantenga el intensivo nivel de funcionamiento, esta vez para abastecer a una nueva central, Atucha III, todavía sin fecha de concreción ni lugar fijado para su construcción. Pero se sabe que el gobierno nacional la tiene en carpeta como uno de sus proyectos más ambiciosos para ampliar la matriz energética nacional.

"Es casi un hecho que se va a comenzar a construir", dijo Fernando Lisse, coordinador entre los trabajadores de la PIAP y la Comisión Nacional de Energía Atómica.

En 2010 hubo una actualización en la PIAP. No fue una de las paradas técnicas de rigor de cada año. En esa oportunidad hubo una limpieza integral de todo el circuito de producción y otras tareas para optimizar el funcionamiento.

Lisse contó que el único alto que hubo en la exclusividad de la producción fue en 2010, cuando la planta produjo unas 50 toneladas para un reactor fabricado por INVAP, que fue vendido a Australia.

"Pero salvo esto, el 100 por ciento de la producción, es decir, unas 220 toneladas por año, ya tenía el destino firme de Atucha II, para que cuando esté culminada pueda abastecerla", con el líquido utilizado como refrigerante de reactores nucleares.

Bertoya dijo la provincia está enfocada en la construcción de la planta de fertilizantes en Arroyito. Se hará, dijo, aprovechando la producción de amoniaco.

Con todo, además de la producción de agua pesada, la ENSI se ha consolidado como empresa prestadora de servicios a terceros, sobre todo en áreas relacionadas con la industria hidrocarburífera donde trabaja para las principales operadoras de la cuenca.


Tomado del diario Rio Negro de Argentina.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Preguntas frecuentes sobre el agua pesada


1- ¿Que es el Agua Pesada?


Se denomina agua pesada (D2O) al óxido de deuterio.


La molécula de agua natural está compuesta por dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno. En cambio, la de agua pesada está formada por dos átomos de deuterio y uno de oxígeno. El deuterio es un isótopo no radiactivo del hidrógeno, más pesado, ya que contiene un neutrón en el núcleo (su peso atómico es de 2 gramo-mol.).

El deuterio está presente en la naturaleza en una relación de 1 cada 7000 partes de hidrógeno. El deuterio se encuentra en la misma proporción en todos los compuestos hidrogenados.

El agua pesada y el agua natural tienen idénticas propiedades químicas pero difieren en sus propiedades físicas.

Las principales propiedades físicas del agua pesada y la comparación de ésta con el agua común se observan en la siguiente tabla.

2- ¿Qué materias primas se utilizan para la elaboración de agua pesada?

Teóricamente se puede utilizar cualquier compuesto que tenga hidrógeno, pero dada la baja concentración natural de deuterio a escala industrial deben procesarse grandes volúmenes de materia prima para obtener una producción razonable, por lo cual las materias primas más usadas son el agua y el gas natural.

3- ¿Qué métodos de elaboración de agua pesada se conocen?

Los principales métodos llevados a escala industrial son:

  • INTERCAMBIO QUÍMICO
  • DESTILACIÓN
  • ELECTRÓLISIS.

INTERCAMBIO QUÍMICO: se denomina también intercambio isotópico. Se ponen en contacto dos fases, una líquida y otra gaseosa, constituida cada una de ellas por un compuesto hidrogenado diferente (la fase gaseosa puede ser directamente hidrógeno).

Según las condiciones de presión y temperatura, se obtiene una acumulación preferencial del deuterio en una de las fases (generalmente la fase líquida), debido a que se produce un intercambio entre hidrógeno - deuterio entre las distintas fases.

Los sistemas pueden ser hidrógeno/agua, hidrógeno/amoníaco, sulfuro de hidrógeno/agua, hidrógeno/metilamina. La PIAP (fábrica argentina de agua pesada) utiliza el método de intercambio hidrógeno/amoníaco teniendo como fuente de deuterio el agua natural proveniente del río.

DESTILACIÓN: Estos métodos se basan en las pequeñas diferencias de la presión de vapor entre las especies deuteradas e hidrogenadas (agua, amoníaco e hidrógeno). Se utilizan para concentrar agua pesada a partir de agua previamente enriquecida por otros métodos hasta valores del 10%.

ELECTRÓLISIS: Se realiza por descomposición del agua por medio de una corriente eléctrica. Este método tiene altos costos de operación y requiere de la asociación de una planta que produzca hidrógeno para otros usos. La primera planta productora de agua pesada (Noruega) utilizó este método.

4- ¿Para qué se utiliza el agua pesada?

El agua pesada se utiliza como
moderador y refrigerante en los reactores nucleares que utilizan uranio natural como combustible.

Dado que el agua pesada tiene una capacidad de absorber 40 veces menos neutrones que el agua común, se utiliza como moderador de los reactores alimentados con uranio natural, ya que el número de neutrones en estos reactores es escaso.

Su función como moderador es disminuir la energía de los neutrones desprendidos en la reacción de fisión de los núcleos de uranio de manera de lograr que los neutrones tengan la velocidad apropiada para el choque efectivo con otros núcleos del combustible y así mantener una reacción en cadena controlada.

5- ¿Cómo influye la calidad del agua pesada en el comportamiento de un reactor?

Los valores típicos de concentración del agua producida por la PIAP (ENSI) están por encima de 99,9% molar. La especificación de concentración aceptada internacionalmente como "grado reactor" es 99,75% molar. Esta calidad superior incide tanto en el circuito primario como en el moderador, aunque en este último la influencia es 50 veces mayor.

Como consecuencia de lo anterior, en la etapa inicial de operación, cada 0,1% molar de aumento de la riqueza isotópica en el moderador representa una disminución del 5% en el consumo de combustible, lo cual implica una disminución del 5% en los costos operativos para la recarga de combustible.

6- ¿El agua pesada fabricada en la PIAP es radiactiva?

No. El agua pesada de la PIAP se obtiene como resultado de un proceso puramente químico; por lo tanto, se denomina agua pesada virgen, es decir que no tiene contacto con sustancias radiactivas antes de ingresar a un reactor nuclear.

7- ¿El agua pesada es contaminante para la vida del planeta?

El agua pesada virgen no es contaminante y tampoco lo es el proceso a través del cual se logra obtenerla.

8- Vida útil del agua pesada

El agua pesada en un reactor de uranio natural es considerada un bien de capital, ya que en ocasión de la puesta en marcha de la central nuclear se realiza la carga inicial y dura toda la vida operativa del reactor.

La necesidad anual de agua pesada en las centrales nucleares se estima en el orden del 1% del inventario inicial. Estas demandas obedecen a pequeñas reposiciones técnicas que se producen por las tareas de mantenimiento y operación normal.


Tomado de la empresa ENSI de Argentina.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Comienzan a construir la primera central nuclear 100% argentina

En Lima, provincia de Buenos Aires, al lado de las centrales nucleoeléctricas Atucha I y II, ya se construyen los cimientos de una unidad mucho más pequeña pero conceptualmente mucho más avanzada: el prototipo de una minicentral nuclear llamada Carem 25. Se calcula que estará terminada en 2014 y podría entrar en línea en 2015.

Carem es el acrónimo de "Central Argentina de Elementos Modulares". Es una unidad chica, capaz de acoplarse modularmente en conjuntos mayores que compartan servicios, como quien le suma pilas a una lamparita. Es una solución ideal para países con grandes territorios (la Argentina es el noveno del planeta) que necesitan "oasis eléctricos" en sitios alejados de las líneas de alta tensión, especialmente en desiertos o islas.

Por su seguridad "inherente", el Carem debería estar al menos 20 veces menos expuesto a accidentes del núcleo que sus equivalentes grandes de última generación, porque el núcleo se refrigera solo, sin bombas, por convección. Además, este primer prototipo tendrá un 70% de componentes nacionales y un 100% de ingeniería local.

Entre los años 80 y 90, la Argentina se convirtió en un respetado exportador de pequeños reactores "de investigación", término genérico que incluye desde laboratorios de nuevos materiales hasta unidades escuela para formar ingenieros, químicos y físicos nucleares, y fábricas de radioisótopos de uso médico. Los reactores hacen de todo excepto generar electricidad. Pero si los reactores cuestan entre 200 y 300 millones de dólares, las centrales salen miles de millones por unidad. Hay 432 operando, se están construyendo 44, y Yukiya Amano, director general del Organismo Internacional de Energía Atómica, dice que en 2030 habrá entre 190 y 350 más.

El Carem sería una muy pequeña puerta de entrada a este Coliseo. Pero para un gladiador que "se las trae". Su construcción es un milagro de tercer grado, porque desde su presentación en congresos, en 1984, la idea debió soportar la indiferencia, la hostilidad y el escepticismo.

A diferencia de las otras tres centrales, que pueden iluminar a casi 7 millones de argentinos, el pequeño Carem 25 abastecerá a sólo 100.000. No vino a resolver la crisis energética, sino que está pensado para ser el "showroom" de un concepto que se está poniendo de moda: las minicentrales nucleares con "seguridad inherente", que hoy están en el centro de interés. Rusia ya construyó una flotante, el barco Lermontov, de 100 megavatios, para dar potencia a costas remotas. Y planea otras once más.

Debido a su simplicidad minimalista, el Carem fue despertando fanatismos. En su tránsito de la CNEA a Invap, y de regreso a la CNEA, el proyecto fue reclutando una guardia pretoriana de ingenieros, físicos y decisores que, a lo largo de 27 años, contra viento y marea, apostaron y aportaron a esta idea no sólo miles de horas/hombre de diseños y rediseños, sino de construcción y testeo de modelos físicos de todos sus combustibles, sistemas y subsistemas.

Hasta se construyó un prototipo del prototipo, un minúsculo reactor nuclear (el RA-8) en Pilcaniyeu, Río Negro, únicamente para ensayar los combustibles del futuro Carem.

Con la excavación de los cimientos y el presupuesto de 2012 ya aprobados, ahora los problemas son otros. Para la presidenta de la CNEA, la doctora Norma Boero, vienen de dos tipos: por una parte, hoy los elencos de la Comisión se componen de sexagenarios que saben mucho y de treintañeros brillantes, pero poco acostumbrados a trabajar en equipo.

Por otro lado, hay multinacionales que ofrecen fortunas por llevarse la tecnología del Carem a casa. (Entre otras, en 2001, la compañía Hitachi vino a ver si se llevaba el proyecto.) "Si afuera apostaron a que no lo hacíamos, no los culpo. Pero se van a dar una sorpresa", gruñe, feliz, Francisco Boado Magan, gerente de proyecto.

En dos años, Boado pasó de dirigir 11 personas a 150 especialistas, a los que se suman otros 150 expertos de otras gerencias. Hoy se lo ve vigilante, en medio de la polvareda de obra, con sus enormes brazos en jarras, entre un ir y venir de camiones, topadoras y grúas.

El segundo Carem, a construirse en Formosa, tal vez llegue a los 150 megavatios (el consumo de 600.000 argentinos) y arroje luz sobre cuál será la potencia ideal para la fabricación en serie. La filosofía de seguridad pasiva (el núcleo se refrigera solo, sin bombas de agua) impone límites de tamaño que habrá que investigar.

El Carem no es una joya de la abuela: es de los nietos. Como dijo un prócer de la CNEA, Carlos Aráoz, "el negocio nuclear es de tecnología. No pasa por iluminar lamparitas, sino empresas y cerebros"


Tomado del diario La Nación de Argentina.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Siemens anuncia el total abandono del negocio nuclear


El presidente del consorcio tecnológico alemán Siemens, Peter Löscher, ha anunciado en unas declaraciones adelantadas por el semanario Der Spiegel el abandono total del negocio nuclear por parte de su grupo. "Ese capítulo está cerrado para nosotros", afirma Löscher, cuya empresa ha participado durante décadas en la construcción de centrales e instalaciones atómicas en todo el mundo.

La decisión, comenta el jefe de Siemens, es "la respuesta" de su empresa "al claro posicionamiento de la sociedad y la política en Alemania a favor del abandono de la energía nuclear" tras la catástrofe de Fukushima, en Japón. Löscher considera determinante la decisión adoptada antes del verano por el Bundestag de aprobar el apagón nuclear en Alemania para el 2022 y de ir clausurando hasta entonces todas las plantas atómicas en este país.

Solo componentes de turbinas

El presidente de Siemens señala que su grupo dejará a partir de ahora de participar en la construcción de centrales atómicas completas y que solo continuará construyendo componentes para turbinas que también se usan en centrales eléctricas convencionales. Asimismo, anuncia el fin del proyecto de una sociedad de riesgo compartido con el consorcio nuclear ruso Rosatom, con el que espera que, pese a todo, se pueda colaborar "en otros campos".

Löscher valora como "proyecto del siglo" el acordado cambio energético en Alemania y considera "factible" la meta de elevar hasta un 35% de la producción la energía procedente de fuentes alternativas y ecológicas hasta 2020. Además, expresa su respaldo total a la política de la canciller federal, Angela Merkel, para hacer frente a la crisis de la zona euro. "Respaldamos totalmente la ampliación de la integración europea y las metas europeas de la canciller federal", subraya el jefe de Siemens, quien no ve peligro de que la zona del euro se descomponga: "eso no va a suceder. Estoy completamente convencido".


Tomado del diario ABC de España.

sábado, 10 de septiembre de 2011

Japón quiere reabrir la planta de Fukushima "tan rápido como sea posible"

Según la agencia de noticias Kyodo, el resto de los reactores -que conforman más del 79%- están paralizados por precaución y revisiones a raíz de la crisis nuclear en la planta Fukushima Daiichi, lo que complica los problemas de suministro eléctrico en el archipiélago.

El ministro Yoshio Hachiro aspira a que se pueda reanudar el funcionamiento de las unidades detenidas, aunque siempre y cuando los gobiernos locales que cuentan con una planta nuclear en su jurisdicción aprueben su reapertura, agregó Kyodo.

"Si la población de las zonas locales (que albergan centrales nucleares) lo aprueba, espero (que la reapertura) se pueda realizar lo antes posible. Aunque no puedo asegurar que sea antes de fin de año", afirmó el funcionario.

Para poder retomar la actividad de los reactores, el Poder Ejecutivo japonés exige superar una prueba de resistencia que garantice su seguridad a través de simulaciones informáticas que evalúan la resistencia de las plantas ante situaciones de emergencia, como por ejemplo terremotos y tsunamis.

El titular del área de Industria añadió que, aunque los reactores no se reactiven en los próximos meses, el gobierno nipón podría evitar la instauración de medidas de ahorro energético durante el invierno, ya que espera que las empresas eléctricas cooperen para garantizar el suministro.

Por primera vez en 37 años el Ejecutivo de Japón le pidió este verano a empresas y hogares el ahorro de hasta un 15% de energía, para evitar cortes en el suministro ante la paralización de los reactores del país.

Hachiro añadió que el Gobierno necesita terminar en enero de 2012 con la crisis de la central de Fukushima Daiichi, la peor en el último cuarto de siglo, descontaminar la radioctividad de la zona e investigar las causas del accidente.


Tomado del diario Infobae de Argentina.

domingo, 31 de julio de 2011

Argentina: Postergan un año la parada de la central nuclear de Embalse

Autoridades nacionales admitieron que la central nuclear de Embalse continuará en servicio hasta que se ponga en marcha la usina de Atucha II. De este modo, confirmaron el anticipo de La Voz del Interior , en marzo pasado, de que no sería en 2011 la parada de la planta cordobesa, tal como se había programado al anunciarse el proyecto de extensión de su vida útil.

La central de Embalse, con su reactor ya envejecido, debe salir de servicio tras 26 años de actividad. En lugar de desmantelarla, el Gobierno nacional eligió la otra opción posible: reciclar la planta renovando sus equipamientos vitales, para que genere energía por 25 años más. Para esas obras debería estar al menos un año y medio parada.

En su visita a Río Tercero, el miércoles último, para inaugurar una usina termoeléctrica de la empresa Gecor, el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, ratificó la continuidad del proyecto de extensión de vida útil de la atómica de Calamuchita y reconoció que la fecha de su salida de servicio depende de la puesta en marcha de la tercera central atómica, en construcción.

“Estamos combinando lo de Embalse con el arranque de Atucha II, generando con menor potencia que es lo que está permitido dentro de la norma. Y la vamos a ir apagando de a poco, a medida que vayamos poniendo también de a poco en marcha Atucha II”, señaló el ministro.

De Vido calculó que “en el primer trimestre de 2012” estaría en marcha la nueva usina bonaerense, pegada a otra atómica ya existente. Según anunció, en octubre próximo sería inaugurada.

La planta cordobesa genera alrededor del cuatro por ciento del total de la energía que consume hoy el país. Su salida de servicio, sin el ingreso de otra fuente, representaría un problema dado que la oferta de energía está en el límite de la demanda.

Mientras, directivos de Nucleoeléctrica Argentina, la empresa estatal que administra las centrales nucleares, admitieron que por razones de seguridad la salida de servicio no se puede prorrogar indefinidamente, aunque aclararon que la situación se va “relevando permanentemente” para tener garantías sobre el estado de funcionamiento.

El proyecto de extensión de vida útil fue iniciado hace tres años y aprobado por el Congreso. Demandaría unos mil millones de dólares. En la empresa, señalan que ese costo sería la mitad del de una central nueva.

Hace un mes, el diario Perfil publicó que tras el accidente en la central japonesa de Fukushima, la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) resolvió introducir una modificación al diseño original de Atucha II, para permitir una parada rápida del reactor en caso de accidente severo, y adaptarlo a las nuevas normas de seguridad internacional. Esa modificación, si efectivamente se aplica, generaría una demora adicional en la puesta en marcha.

Tras el accidente en Japón, provocado por el terremoto, algunos países europeos anunciaron revisiones a sus planes de generación nuclear. En Argentina, se ratificó la continuidad de los proyectos previstos.


Tomado del diario La Voz del interior de Córdoba (Argentina)

lunes, 13 de junio de 2011

Argentina: Atucha II cuesta 3 veces más que lo previsto


Como sucedió con la Represa Binacional Yacyretá, la Central Nuclear Atucha II demandará casi tres décadas de construcción y mucho más presupuesto que el estimado. En el caso de la planta atómica, que como anticipó PERFIL el domingo pasado, será inaugurada por la presidenta Cristina Kirchner en septiembre, el monto se multiplicaría al menos por tres o incluso más.

En 2005, cuando surgió la idea de retomar la construcción de la central, se proyectaba un costo de US$ 700 millones para terminarla. Pero se demandaron US$ 2.200 millones para hacerlo. La información fue confirmada por fuentes oficiales.

“Levantar una central nuclear desde cero tiene un costo que supera los US$ 3 mil millones; pero en 2006, cuando comenzaron las tareas para terminarla, la obra tenía un avance superior al 80%. Se estimó entonces menos de US$ 700 millones”, aseguraron funcionarios.

“Sin embargo, en 2010 se actualizó a US$ 2.200 millones”. Es decir que el costo de terminar Atucha II será un poco menos que el de una central nueva.

El martes último, en ocasión del Día Nacional de la Energía Atómica, se realizaron varios actos y reuniones en donde la empresa estatal NA-SA difundió información en el que se asegura que la inversión es de US$ 2.200 millones, que la obra tiene un avance de 90% y que será inaugurada en septiembre y estará operando desde 2012.

Fuentes cercanas al proyecto acusan al incremento de los costos: “El cobre triplicó su precio desde 2005 a hoy de US$ 2.700 a US$ 9 mil la tonelada”, argumentó. Explicó que en los últimos meses se terminó de montar el sistema eléctrico de Atucha II, para los que se necesitaron “3 mil kilómetros de cable”, provistos por la empresa norteamericana Prysmian.

El incremento en los fondos benefició a empresas que suelen estar detrás de proyectos públicos, como Eletroingeniería, Dycasa y Iecsa. También Techint y Siemens participan de la obra. Entre todas llegaron a contratar a más de 5 mil personas, con elevados sueldos. Un soldador, por ejemplo, cobraba en 2009 unos $ 10 mil de bolsillo. “Y aún así había vacantes” sin cubrir. Por eso, NA-SA abrió una escuela dedicada a esa tarea.

Este año, además, la Autoridad Regulatoria Nuclear tendrá más de $40 millones adicionales de presupuesto para las tareas de revisión de la obra y habilitación.

Confirmación, por otros medios

Jorge Sidelnik gerente de NA-SA, la empresa estatal que construye Atucha II confirmó que la planta atómica será inaugurada en el mes de septiembre y sugirió que será la presidenta Cristina Kirchner la que lo hará. Así lo informó PERFIL la semana pasada, a pesar de que los funcionarios de NA-SA no respondieron los llamados de este medio.

“Pronto arrancaremos con las pruebas. Esperamos llegar a la puesta en marcha de Atucha II para el mes de septiembre de este año”, dijo Sidelnik, gerente a medios locales de Zárate y Campana, consignadas ayer por el diario El Debate.

“Estamos con muchas expectativas en la puesta en marcha de Atucha II y en este segundo semestre vamos a continuar con las pruebas”, expresó Sidelnik, quien reconoció que no obstante, la pruebas del reactor nuclear se produciría recién “a principios del año que viene”. Sugirió, además, que la primera mandataria encabezaría la inauguración, al resaltar que en realidad “es el esfuerzo de todos, más allá de quien presiona un botón o no. Esto va desde la Presidencia, el directorio hasta la última persona”.

Sidelnik dijo que hay 2 mil personas trabajando en la nueva planta y que se compró un simulador para el entrenamiento de los 500 técnicos que operarán la central cuando esté activa. También se entusiasmó con levantar la cuarta central nuclear argentina, en los predios aledaños a Atucha I y II. Para eso, el Gobierno firmó acuerdos con Rusia para construir el nuevo reactor.


Tomado del sitio FortunaWeb de Argentina

domingo, 27 de marzo de 2011

El escape radiactivo en Japón reaviva el debate sobre la energía nuclear

Las banderas amarillas con el sol rojo y el lema “Atomkraft-Nein Danke” –“Energía nuclear-No gracias”– volvieron a venderse en estos días en Alemania como en la década del setenta. El gobierno de Angela Merkel, como también el de Francia y España, revisarán sus centrales atómicas y cerrarán las que no pasen la prueba. Algunas televisoras europeas ya anunciaron que censurarán los capítulos de los Simpson en los que Homero –finalmente un poco preparado empleado de seguridad de una planta atómica– protagonice un accidente laboral. Ya no habrá peces de tres ojos ni ratas radiactivas en algunas versiones de la serie. Fukushima despertó hasta ese extremo el temor al desastre nuclear y reavivó el debate sobre el uso de esta tecnología.

El mundo se mueve y el 13,5% de la energía que usa para hacerlo es de origen nuclear , aunque hay países en que esa proporción se eleva hasta el 40%. Lo cierto es que sobre el planeta hay instalados 442 reactores nucleares repartidos en 29 países y hay otros 65 en construcción. EE.UU. es el que más tiene (104), pero no es el país que más depende de ella. El puesto en el ránking de la “nucleardependencia” lo encabeza Francia. Sus 58 reactores generaron el 76,2% de la energía que consumió en 2008.

Hasta la ola de diez metros que arrasó el noroeste de Japón el 11 de marzo, la energía atómica con fines pacíficos vivía días de pocas críticas masivas. En el debate que cuestionaba –por contaminar y provocar el calentamiento global– a la energía proveniente de fuentes no renovables como el petróleo, el gas y el carbón, lo atómico había logrado posicionarse como una alternativa limpia, explicó a Clarín Gustavo Lahoud, especialista en temas energéticos del grupo de investigación CLICET. Atrás habían quedado los dos incidentes que provocaron el terror de un escape radiactivo que afectara a la población de las zonas vecinas a las plantas nucleares (Ver Antecedentes...).

Pero Fukushima mostró que lo seguro no lo era tanto. Tras la ola sobre la central japonesa, la dependencia actual de la energía nuclear quedó cuestionada. El director del Centro de Estudios Estratégicos de Washington, Walter Laqueur, advirtió esta semana: “La energía nuclear se lleva un porcentaje que no puede ser sustituido rápidamente. La humanidad habrá de acostumbrarse a vivir con menos energía más eficiente aunque ello comporte costos más elevados y quizás un descenso del nivel de vida”.

En el fondo del debate sobre el uso nuclear con fines pacíficos está la discusión sobre la forma de crecimiento. “Lo económico y lo ambiental no se pueden separar. Porque si se lo hace se entra en una discusión sin salida. Es erróneo plantear que, para que un país sea competitivo, se necesita energía a cualquier costo –incluso con determinado riesgo ambiental y a la seguridad de la población– porque si no se debe dejar de crecer o se generará pobreza,” advirtió a Clarín Diego Hurtado, especialista de la Universidad Nacional de San Martín e investigador del CONICET. Para el científico pensar en el debate sobre lo nuclear también será pensar cómo crecer, para qué y a qué precio.

Ante este panorama, la pregunta es si se puede reemplazar la energía nuclear. En el “sí” rotundo están los ambientalistas. “Mantenemos una posición muy crítica”, sostuvo ante Clarín Juan Carlos Villalonga de Greenpeace. “Por sus altísimos costos y por ser muy riesgosa. Para mitigar su peligro hay que gastar más”.

Desde el punto de vista estratégico, Lahoud sostiene que una matriz equilibrada debería tener lugar para las centrales hidroeléctricas, eólicas y solares y los biocombustibles –que implican el desarrollo de combustible a partir de los granos y hasta incluso de las algas–. En ese esquema lo nuclear podría tener una proporción del 15 %. Pero nunca crear una dependencia de esta fuente como lo hizo Japón y Francia, advirtió. Porque tras el colapso “indominable” de Fukushima, los países que ataban su crecimiento a la energía nuclear quedaron cuestionados. Si el crecimiento tiene riesgo radiactivo, valdría la pena debatirlo.

Antecedentes peligrosos

Chernobyl. Hasta ahora, el único accidente de “máximo nivel” de una central atómica ocurrió el 26 de abril de 1996 en la planta de Chernobyl, en Ucrania, todavía en tiempos soviéticos. Por un error humano, hubo una explosión del hidrógeno acumulado en su interior y saltaron al aire una cantidad inédita de elementos radioactivos. En forma directa, murieron algunas decenas de personas. Pero las cifras de víctimas fatales fueron miles luego debido al consumo de leche contaminada, por la falta de atención y precaución de las autoridades y de información de los lugares afectados alrededor.

Three Mile. En su momento, el mayor accidente –en un nivel 5– había sucedido el 28 de marzo de 1979 en Three Mile Island, EE.UU. En la foto, tomada antes de ese hecho, un vecino corta el césped en el jardín de su casa. Tras el incidente, aunque no hubo víctimas fatales, la población circundante debió ser trasladada.

Cuál es la situación en la Argentina

El mapa energético argentino, según explican los especialistas, se ubica entre los menos diversos del continente, junto al mexicano y por debajo de países como Uruguay o Chile, sólo por hacer el ejercicio de mirar hacia el este y al oeste. Cerca del 90% de la energía bruta se produce a base de hidrocarburos, básicamente gas y petróleo. Esta dependencia tan alta a las dos principales fuentes no renovables plantea un problema. En la foto actual instalada en ese arraigo a energías fósiles, con un desarrollo de la energía nuclear que abastece al 3% de la producción nacional -el 7% en el consumo eléctrico- y con desarrollo casi testimonial de las eólicas y solares, se impone un debate sobre el tipo de energía que se va a usar en el país en los próximos años, atendiendo los costos, las inversiones de proyectos y la contaminación ambiental. En esa discusión también es preciso pensar el rol de la energía nuclear. El programa atómico nacional no se circunscribe a las dos centrales en marcha (Atucha I y Embalse). En poco tiempo se inaugurará Atucha II y en un par de años Carem, un reactor de baja potencia, proyectado para 2014, construido al lado de Atucha I y II, a 100 kilómetros de la Capital Federal. La polémica sobre este tipo de tecnología no sólo gira en torno a cuestiones ambientalistas referidas a los residuos que generan y a la seguridad de las plantas sino también a una cuestión económica.

“Coincido con que la opción nuclear tiene costos altos y plazos largos”, dijo a Clarín el ex secretario de Energía, Jorge Lapeña “Argentina tiene que ver cómo amplia el modo de su oferta y cómo se financia”.


Tomado del diario Clarín de Argentina y escrito por Alejandro Marinelli


lunes, 21 de marzo de 2011

El dudoso futuro de la industria nuclear

La canciller alemana Angela Merkel aplazó por tres meses la prolongación de la vida útil de las centrales nucleares del país, Austria impulsa pruebas de resistencia nuclear de la Unión Europea (UE), y en EE.UU., líder mundial en reactores nucleares, el congresista demócrata Ed Markey llamó a una moratoria en zonas de actividad sísmica, amenazando el consenso bipartidista existente.

Según críticos de la energía nuclear, como Greenpeace, la tragedia es portadora de un mensaje categórico.

"Las centrales nucleares son una fuente de energía sucia y peligrosa y siempre serán vulnerables a la combinación potencialmente mortal de un error humano, fallos de diseño y desastres", señaló a BBC Mundo Conrado García del Vado, miembro de Greenpeace en España.

Según sus defensores, es la única estrategia viable en el mundo moderno.

"Es la forma de energía más económica y ambientalmente más segura", aseguró a BBC Mundo Ian Hoie-Lacy, jefe de comunicación de la World Nuclear Association

Renacimiento y crisis

La energía nuclear, que tuvo un momento de máxima expansión hace 40 años, está viviendo un nuevo renacimiento luego de la cautela y repliegue que siguieron a desastres como el de Chernobyl, hace 25 años, y el de Three Mile Island en EE.UU. en 1979.

Según la World Nuclear Association se están construyendo unos 60 nuevos reactores, se planean otros 150 en los próximos diez años y 200 más para la década 2020-2030.

Países como Francia, segundo después de EE.UU. en producción de energía nuclear, dependen casi enteramente de esta fuente energética: el 75% de su electricidad proviene de sus 58 reactores nucleares.

China ha completado la construcción de 10 reactores y tiene 30 bajo construcción. India planea construir 20 durante esta década y Rusia quiere duplicar su capacidad en estos 10 años.

En América Latina funcionan seis de los más de 430 reactores nucleares que hay en el mundo. Argentina y Brasil son líderes regionales, seguidos por México y Chile.

Pero el acuerdo que iba a firmar este marzo el presidente Sebastián Piñera con Barack Obama en Santiago para la construcción de un reactor, ha quedado envuelto en la polémica a raíz de Fukushima.

La polémica refleja los problemas de la industria. Chile es un país sísmico con serios problemas de suministro energético.

La energía nuclear también está penetrando a países de ingresos bajos y medios como Vietnam, Bangladesh y Nigeria, que buscan construir sus primeros reactores atómicos.

El fantasma del día después

Los intereses creados - inversiones multimillonarias, necesidades económicas, apuestas políticas - tendrán un fuerte peso a la hora de decidir el futuro.

Pero a diferencia de otros temas, el nuclear despierta fantasmas de supervivencia colectiva, como reconoció después del desastre de Fukushima un asesor del presidente Barack Obama, Jason Grumet.

"Este accidente disminuye el consenso que se había generado entre grupos medioambientalistas para apoyar la energía nuclear como un modo de combatir el calentamiento global", señaló Grumet al diario The New York Times.

Grupos medioambientalistas señalaron que una gran parte de las centrales nucleares están construidas en lugares que tienen una actividad sísmica "significativa".

Según el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) el 20% de las plantas nucleares están construidas en estas zonas.

Este sábado una manifestación convocada previamente contra los planes nucleares del gobierno de Merkel se convirtió en un hecho multitudinario debido a la tragedia en Japón.

La moratoria declarada por Merkel responde a esta presión política. Fukushima hizo virar su estrategia marcadamente pronuclear hacia la cautela.

¿Y la luz?

El impacto sobre la industria nuclear se ha hecho sentir en los mercados: sus acciones cayeron mientras que los de los valores de energía solar y eólica se dispararon esta semana.

Pero ¿pueden las energías renovables suministrar toda la energía que necesita el mundo moderno?

El problema de energías como la eólica (dependiente del viento) es que el suministro es más difícil de garantizar.

Los defensores de la energía nuclear dicen que una vez pasado el revuelo se pensará todo con más calma.

"Las alternativas son claras: carbón, gas o energía nuclear. La energía nuclear es la única que se puede usar masivamente para las necesidades del mundo moderno sin un efecto contaminante", señaló a BBC Mundo Ian Hoie-Lacy.

En algunos países como China e India, que tienen crecientes necesidades energéticas, la construcción de reactores nucleares seguirá adelante.

Pero Fukushima ha replanteado el debate.

Poco después de la tragedia de Chernobyl el OIEA ajustó los controles regulatorios de la industria.

Pero a más de dos décadas, esos controles siguen siendo voluntarios.

Esto podría cambiar a la luz de lo ocurrido.


Tomado de BBC Mundo.

domingo, 20 de marzo de 2011

Fantasmas de Chernobyl olvidados en la Argentina


Larisa Vaynarovska estaba durmiendo cuando sintió el temblor. Tenía 25 años y dos hijos pequeños, vivía en la ciudad de Pripiat y era electricista de montaje de la planta de Chernobyl.

Es ahora rubia y desvaída, vive en Buenos Aires, tiene en los ojos un profundo cansancio y me cuenta, con pena, que el 26 de abril de 1986 se asomó a la ventana del quinto piso y vio en el horizonte un rayo en medio de un hongo de humo y fuego. A pesar de que el televisor estaba desenchufado parecía encendido, y, por unos segundos, su mente se sintió aletargada por una onda inaudible. Larisa no sabía ni cómo se llamaba en esos momentos. Se metió en la cama y se volvió a dormir.

Una de las acepciones de la palabra "chernobyl" podría ser "ajenjo". En la antigüedad se creía que esa bebida amarga era mortal y se la usaba como sinónimo de veneno. En la Biblia, específicamente en el Apocalipsis 8 10-11, puede leerse un pasaje curioso: "El tercer ángel tocó la trompeta y cayó del cielo una gran estrella ardiendo como una antorcha, y cayó sobre la tercera parte de los ríos y sobre las fuentes de las aguas. Y el nombre de la estrella es Ajenjo. Y la tercera parte de las aguas se convirtió en ajenjo, y muchos hombres murieron a causa de esas aguas, porque se hicieron amargas".

Al día siguiente de aquellos temblores, de aquel relámpago y de aquel hongo siniestro, Larisa se desayunó con la noticia. Un repentino incremento de potencia en el reactor 4 había recalentado el centro de la usina nuclear. La explosión terminó con la vida de 31 personas, pero el material radiactivo que se desparramó fue quinientas veces mayor que en Hiroshima. Ucrania era parte integral de la Unión Soviética, gobernaba Mikhail Gorbachov y a pesar de la glasnost la información pública seguía silenciada. Pripiat era una ciudad de cincuenta mil habitantes destinada a operarios de la planta de Chernobyl, un pequeño paraíso de provincias construido alrededor de un generador de energía atómica. Y nadie le dijo a Larisa con claridad estos detalles ni la gravedad del asunto. Nadie le dijo, tampoco, que su vida cambiaría para siempre.

Tuvo un presentimiento, sin embargo, cuando ese mismo sábado le repartieron a la población pastillas para las lesiones de tiroides. La radiación ataca con nódulos a repetición, muchas veces mortalmente cancerígenos. La radiación entra primero por la garganta. No lo sabía Larisa Vaynarovska, pero en ese momento los vientos esparcían la radiación por todo el país y se contaminaban la tierra y las aguas. La vida cotidiana en Pripiat seguía como si nada hubiera ocurrido. Sólo al día siguiente, después de otra noche de insomnio, oyeron por radio la orden de evacuación. "Nos vamos por tres días", les comunicaban. Había que llevarse lo mínimo, una bolsita y poco más. Larisa tomó a sus dos hijos y se subió a un ómnibus sin saber que no regresaría. O que lo haría brevemente y por fuerza mayor. "Volví a los tres meses, con botas y barbijos, y todo estaba tal como lo había dejado, hasta con el mismo olor -me relata con voz tenue-. Me flaqueaban las rodillas. Metí todo lo que pude en tres valijas y me fui. Pero hoy me levanto a diario llorando. Estoy en la Argentina, pasaron más de veinte años y, sin embargo, sueño cada noche que estoy en aquella casa. Sueño con los objetos perdidos."

Me muestra una foto en blanco y negro de Pripiat. Luego entro en Internet y me detengo en una toma reciente. Sigue siendo una ciudad fantasmal e inaccesible, árboles extraños y malformados cubren como garras monstruosas los monoblocks.

Estoy ahora en una oficina diminuta y opresiva en Barrio Norte, y los cinco fantasmas argentinos de Chernobyl me hablan en precario castellano y me sostienen miradas líquidas y fatigadas. Por un convenio incompleto, ellos y miles de ucranianos más vinieron a la Argentina en busca de sosiego. El gobierno soviético los había barrido bajo la alfombra, la república independiente se diluye en impotencias y el Estado argentino no fue capaz, en todos estos años, de cumplir con la otra parte del trato: darles algún tipo de protección social, enseñarles el idioma, permitirles las reválidas de sus títulos universitarios, seleccionarlos por oficio y enviarlos a las provincias donde su mano de obra calificada fuera útil. Eran parias en Ucrania y son parias en la Argentina. Algunos de ellos tienen que limpiar pisos para sobrevivir.

Valentina Akhmedziaova vino en 2001, cuando nuestro país estallaba en mil pedazos. La crisis argentina le parecía, no obstante, menos tenebrosa que la radiación. Se trata de una gringa de ojos azules que estudió música en Moscú, se recibió de profesora, es una gran instrumentista y toca maravillosamente una variación local del acordeón a piano llamado baian . En aquel año fatídico de la explosión integraba una orquesta estatal de cien músicos. A la semana de la tragedia les dieron la orden de viajar a la zona y dar un concierto. Llegaron a la ciudad vacía y todo lo que recibieron fue vodka para relajarlos y porque supuestamente los protegía de la radiación nuclear. Ella no podía salir del colectivo. Ya había perdido todas las fuerzas.

Un tiempo después envió una carta al Ministerio de Cultura para mostrar que las secuelas eran terribles, y los burócratas le respondieron que jamás habían enviado a esa orquesta a la zona de Chernobyl. Esa gira había sido borrada de los libros y expedientes oficiales. No había tenido lugar.

A Valentina la atacan enormes nódulos a repetición y la han sometido a operaciones quirúrgicas. Tiene las defensas bajas y poca fuerza en las manos. La eximia instrumentista vive pobremente de ocasionales y muy escasos alumnos, y de tareas de limpieza, que hace para seguir comiendo. Me pide permiso para irse temprano. Vive en José León Suárez, viaja colgada de un tren y tiene miedo cuando cae la noche. Se nota que está profundamente sola.

En realidad, la primera que me habla es Ludmila Panasetsva, otra rubia de ojos translúcidos que vivía, con su marido ferroviario y su hijo de dos años, en un edifico a menos de dos kilómetros de la planta nuclear. Ludmila estaba embarazada de ocho meses cuando los vasos y los platos comenzaron a temblar en su departamento. Las primeras horas nadie los informaba: el incidente tampoco había tenido lugar. Viajó con lo puesto a la capital de la provincia y contó lo que se había ido enterando: nadie podía creerlo. Cuando los rumores se fueron confirmando parcialmente, su marido tuvo que volver para ayudar con las evacuaciones masivas y su suegra comenzó a tener temblores nerviosos. Esas convulsiones, producto de la radiación, evolucionaron hacia un falso pero devastador Parkinson.

La ola invisible de la radiación produce extrañas afecciones, dolores de garganta perpetuos, cáncer de lengua y ataques de hígado: Ludmila no podía comer nada sin que le diera una pataleta. A los 25 años parecía vieja. Le hormigueaban los brazos y sufría mala circulación de sangre, anemia crónica y dolores de cabeza. Las jaquecas volvían loco al ferroviario. "Ahora somos gente olvidada -me dice ella-. A nuestro consulado no le importa lo que nos pasa. Siguen eludiendo el tema. Y nadie quiere hablar del impacto que produce la radiación. El 14 por ciento de la población ucraniana tiene alguna discapacidad, principalmente por las secuelas directas o indirectas de Chernobyl."

Porque cierta historia que se impone como oficial intenta refutar las evidencias. Intenta refutar las estelas catastróficas que dejó el incidente nuclear. Poderosos intereses políticos y económicos, en un mundo cada vez más necesitado de energía, operan para dejar las cosas como están y no hacer más olas. Los expertos nucleares han logrado que se diga que se exageran las consecuencias y que no son científicamente comprobables. Sin embargo, muchos países europeos protegieron su cadena alimentaria y resistieron la entrada de setas comestibles, leche y otras producciones ucranianas. Finlandia y Suecia no permiten que pase por su frontera el ganado. Y Alemania, Polonia, Italia y Austria han detectado alto nivel de veneno radiactivo en jabalíes, ciervos, bayas y peces. Leo que en un área de cuatro kilómetros cuadrados de pino, alrededor de Chernobyl, el bosque se volvió marrón y dorado, los animales perecieron y una manada de caballos abandonada en una isla ubicada a seis kilómetros del accidente "se extinguió al desintegrarse sus glándulas tiroides".

Tengo, además, cinco testigos de cargo frente a mí. Cinco ucranianos con historias elocuentes. Esas historias rompen el cerco de silencio que tendieron la política y la indiferencia. Me cuentan que chicos de seis o siete años sufren infartos y que se les caen los dientes: en esa generación el material radiactivo está dañando el corazón y las áreas óseas. "Llamamos a Ucrania y nuestros amigos mueren del corazón aproximadamente a los 45 años -agrega Ludmila-. Las mujeres sólo sobreviven dos años a una operación de mamas."

Interviene Tatiana Kachanova para decir que en su boda, hace más de treinta años, había cien parientes invitados, y que hoy no queda con vida ni uno solo. Los propagandistas del lobby nuclear dirían que fallecieron de muerte natural. Pero parece quedar poco de "natural" en las zonas de influencia de Chernobyl.

Tatiana se lamenta de que su marido Sergio, geólogo, no pueda estar presente en esta conversación: está internado, luchando por su vida. Después de exponerse como voluntario en la planta nuclear fue azotado por todo tipo de enfermedades: cirrosis, pancreatitis, diabetes, cardiopatías. Tatiana y Sergio vivían en Kiev cuando se produjo la explosión. Tenían dos hijos de 4 y 6 años. Salieron a la calle el 27 de abril de 1986 y las caras y las manos de los niños se les pusieron rojas, y la piel reseca. Los profesores de la escuela sugirieron que volvieran al hogar y cerraran todo. El viento envenenado soplaba sobre ellos y los charcos de agua de las esquinas tenían bellas pero tenebrosas tonalidades verdes y azules. "Y muchos hombres murieron a causa de esas aguas, porque se hicieron amargas", decía el Apocalipsis.

El geólogo llegó de Siberia en esos días y trajo consigo un aparato para medir la radiación. Revisó la casa objeto por objeto, y encontró niveles radiactivos altísimos en cada uno de ellos. Tiraron la alfombra, el televisor, se deshicieron de elementos de cocina y ropas de toda clase; a partir de entonces eludieron el agua sin hervir, los huevos y la carne. Todo estaba contaminado o era sospechoso.

Pero esas prevenciones sirvieron de poco. En 1998 Sergio cometió un grave error. Hubo un llamado general para ir cuatro meses a la planta de Chernobyl a reparar lo irreparable, y el geólogo no pudo con su genio y se anotó como voluntario. Salió con alto grado de discapacidad de esa experiencia. "Seguimos viviendo en Kiev -me dice Tatiana, con ojos grandes y elocuentes-. Me acuerdo de que las frutillas se ponían como tomates, y de que cuatro familiares nuestros que las comían tuvieron cáncer de lengua: murieron en el término de un año. En 1994, Sergio tomó un mapa y me dijo: Argentina es el país más limpio del mundo. Es por eso que nos vinimos. Pero no cobramos jubilaciones ni tenemos coberturas médicas ni fuerzas para trabajar. Nos enfrentamos día y noche con la burocracia y, también, con el silencio y con el olvido."

La embajada de Ucrania en la Argentina no relativiza la gravedad del asunto. Es una administración nueva y está tejiendo la firma de dos convenios con nuestro Gobierno: uno para equiparar los títulos universitarios y otro para crear algún tipo de protección médica. Pero las buenas intenciones suben por la escalera y la desesperación usa el ascensor. La democracia ucraniana es joven e inexperta, el colapso soviético la dejó a la intemperie, y ahora juran que no hay recursos financieros suficientes para hacer frente a esa herencia masiva y catastrófica, sin parangón en la historia de la humanidad.

Larisa, Valentina, Ludmila y Tatiana ya se han marchado. Me quedo con Oleksandr Zakorodnyuk, un hombre rudo que trabajaba de chofer en otra planta nuclear de Ucrania y que el 1° de septiembre de aquel año fatídico fue elegido a dedo y obligado a viajar a Chernobyl para seguir con las tareas de "reparación". Estuvo 25 días viviendo en una escuela evacuada, en jornadas de doce horas, trasladando tierra para separar la laguna del río, a doscientos metros del agujero negro. Cada uno de aquellos operarios venía con un aparatito para medir la radiación: se los quitaron el primer día. Sólo estaban protegidos por guantes y barbijos, pero no tenían miedo. No creían estar en peligro real, aunque luego comenzaron los problemas: presión en los riñones, hormigueos en el lado izquierdo del cuerpo.

Salgo a la calle con Oleksandr. Tiene manos ásperas de trabajador. Me cuenta que hace de todo: albañil, carpintero, lo que venga, para darle de comer a su hija de nueve años. Se casó con una peruana y, al igual que otros 15.000 ucranianos, intenta adaptarse a este país del sur del mundo. Me menciona al pasar la palabra "Atucha". Pienso en una explosión, en vientos cargados, aguas envenenadas, ciudades desoladas y vacías, vidas arruinadas, plagas eternas.

Oleksandr me da la mano rugosa y me sonríe: tiene un diente de metal que sugiere una vida proletaria y valiente. Toma el subte y se dirige al Bajo Flores. Está cayendo la noche y se van prendiendo con fuerza las luces de la ciudad. No puedo sacarme de la cabeza esa maldita palabra. La palabra "Atucha". Y me duele la garganta. Es como si la empatía o la sugestión me la hubieran cerrado a lo largo de la tarde. El precio de la imaginación es el miedo. Imagino que nadie está a salvo.

Los testigos "argentinos" de la catastrofe

  • Quiénes son : Larisa Vaynarovska era electricista de montaje de la planta de Chernobyl. Valentina Akhmedziaova, una eximia música, tocaba en una orquesta oficial. Ludmila Panasetsva vivía a sólo dos kilómetros de la usina nuclear con su marido ferroviario. Tatiana Kachanova está casada con un geólogo que participó en las reparaciones de la planta. Oleksandr Zakorodnyuk estuvo 25 días después del accidente trabajando en el núcleo de la radiación.

  • Qué es Oranta : la Asociación de Emigrantes y Refugiados de Europa Oriental, que contiene a esos sufridos peregrinos, lucha por sus derechos, denuncia las promesas incumplidas de los gobiernos y lleva a cabo campañas de esclarecimiento sobre los peligros y secuelas nucleares. Su mail: info@oranta.org.ar

Tomado del diario La Nación de Argentina y escrito por Jorge Fernández Díaz

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