“Estamos viviendo un ciclo de crecimiento. Pero lo que todavía no sabemos el papel que jugará el etanol en la matriz energética” en los próximos años, afirmó el presidente de la Unión de Industria de la Caña de Azúcar (Unica), Marcos Jank, en declaraciones a la prensa durante la tercera Cumbre del Etanol.
Para Jank, la demanda en aumento por biocombustibles a nivel mundial y la “creciente presión de la sociedad por la independencia de combustibles fósiles” impulsarán el crecimiento del sector en Brasil, que prevé recibir inversiones por unos 51.000 millones de dólares para la instalación de unas 130 usinas nuevas en los próximos diez años.
Sin embargo, el etanol brasileño todavía enfrenta los desafíos de obtener “más regularidad de abastecimiento, estabilidad de precios (…) y ganar competitividad en la cadena productiva”, destacó.
En este sentido, el ministro de Minas y Energía, Edison Lobao, anunció la creación de un plan decenal para impulsar la producción del biocombustible, que permitió “que Brasil disponga de una de las matrices energéticas más limpias del planeta”.
Según Lobao, con la utilización del etanol en los autos brasileños entre 1975 a 2010 se evitó la emisión de 960 millones de toneladas de CO2. Actualmente 13 millones de vehículos flex -que funcionan a gasolina y etanol- circulan en el país.
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