jueves, 31 de marzo de 2011

Colocación de vínculos en postes de retención triple


En la foto 1 podemos ver una estructura triple de postes de hormigón armado, donde se ha colocado el primer vinculo. Se puede observar la grúa con la cual se hace el izado de los vínculos y crucetas para la instalación en el proceso de armado de la estructura.


En la foto 2 apreciamos el izado de un vínculo, en el cual se puede observar los agujeros por donde entran los postes, tienen esa forma por la sencilla razón que los postes en la cima tienen una separación entre ellos de 30 cm y se van separando a razón de 4 cm por metro de poste. Es oportuno recordar que con los vínculos, se logra la respuesta a las cargas que se reflejan en las expresiones que se utilizan en los cálculos.




En las fotos 3, 4 y 5 se observan distintas secuencias y vistas del enhebrado del vínculo hasta llegar a sus posiciones definitivas, donde en función de la forma de los agujeros y con ayuda de los “cepos” de madera, se terminan fijando con hormigón.




Por ultimo, en las fotos 6 a la 8 se aprecia la base provisoria de madera (Cepos) que se coloca y como los operarios rellenan de hormigón el ojo del vínculo con el fin de que al fraguar, quede en su posición.


Los comentarios de las fotos fue realizado, muy gentilmente, por el Ing. Mario Gos quien es Profesor de la cátedra de "Generación, transmisión y distribución de la energía eléctrica" de la Facultad Regional La Plata perteneciente a la Universidad Tecnológica Nacional (Argentina).


Se agradece muy especialmente al Ing. Santiago Fernandez de la ciudad de Pehuajo, provincia de Buenos Aires, (Argentina) por el envío de las fotos.


domingo, 27 de marzo de 2011

El escape radiactivo en Japón reaviva el debate sobre la energía nuclear

Las banderas amarillas con el sol rojo y el lema “Atomkraft-Nein Danke” –“Energía nuclear-No gracias”– volvieron a venderse en estos días en Alemania como en la década del setenta. El gobierno de Angela Merkel, como también el de Francia y España, revisarán sus centrales atómicas y cerrarán las que no pasen la prueba. Algunas televisoras europeas ya anunciaron que censurarán los capítulos de los Simpson en los que Homero –finalmente un poco preparado empleado de seguridad de una planta atómica– protagonice un accidente laboral. Ya no habrá peces de tres ojos ni ratas radiactivas en algunas versiones de la serie. Fukushima despertó hasta ese extremo el temor al desastre nuclear y reavivó el debate sobre el uso de esta tecnología.

El mundo se mueve y el 13,5% de la energía que usa para hacerlo es de origen nuclear , aunque hay países en que esa proporción se eleva hasta el 40%. Lo cierto es que sobre el planeta hay instalados 442 reactores nucleares repartidos en 29 países y hay otros 65 en construcción. EE.UU. es el que más tiene (104), pero no es el país que más depende de ella. El puesto en el ránking de la “nucleardependencia” lo encabeza Francia. Sus 58 reactores generaron el 76,2% de la energía que consumió en 2008.

Hasta la ola de diez metros que arrasó el noroeste de Japón el 11 de marzo, la energía atómica con fines pacíficos vivía días de pocas críticas masivas. En el debate que cuestionaba –por contaminar y provocar el calentamiento global– a la energía proveniente de fuentes no renovables como el petróleo, el gas y el carbón, lo atómico había logrado posicionarse como una alternativa limpia, explicó a Clarín Gustavo Lahoud, especialista en temas energéticos del grupo de investigación CLICET. Atrás habían quedado los dos incidentes que provocaron el terror de un escape radiactivo que afectara a la población de las zonas vecinas a las plantas nucleares (Ver Antecedentes...).

Pero Fukushima mostró que lo seguro no lo era tanto. Tras la ola sobre la central japonesa, la dependencia actual de la energía nuclear quedó cuestionada. El director del Centro de Estudios Estratégicos de Washington, Walter Laqueur, advirtió esta semana: “La energía nuclear se lleva un porcentaje que no puede ser sustituido rápidamente. La humanidad habrá de acostumbrarse a vivir con menos energía más eficiente aunque ello comporte costos más elevados y quizás un descenso del nivel de vida”.

En el fondo del debate sobre el uso nuclear con fines pacíficos está la discusión sobre la forma de crecimiento. “Lo económico y lo ambiental no se pueden separar. Porque si se lo hace se entra en una discusión sin salida. Es erróneo plantear que, para que un país sea competitivo, se necesita energía a cualquier costo –incluso con determinado riesgo ambiental y a la seguridad de la población– porque si no se debe dejar de crecer o se generará pobreza,” advirtió a Clarín Diego Hurtado, especialista de la Universidad Nacional de San Martín e investigador del CONICET. Para el científico pensar en el debate sobre lo nuclear también será pensar cómo crecer, para qué y a qué precio.

Ante este panorama, la pregunta es si se puede reemplazar la energía nuclear. En el “sí” rotundo están los ambientalistas. “Mantenemos una posición muy crítica”, sostuvo ante Clarín Juan Carlos Villalonga de Greenpeace. “Por sus altísimos costos y por ser muy riesgosa. Para mitigar su peligro hay que gastar más”.

Desde el punto de vista estratégico, Lahoud sostiene que una matriz equilibrada debería tener lugar para las centrales hidroeléctricas, eólicas y solares y los biocombustibles –que implican el desarrollo de combustible a partir de los granos y hasta incluso de las algas–. En ese esquema lo nuclear podría tener una proporción del 15 %. Pero nunca crear una dependencia de esta fuente como lo hizo Japón y Francia, advirtió. Porque tras el colapso “indominable” de Fukushima, los países que ataban su crecimiento a la energía nuclear quedaron cuestionados. Si el crecimiento tiene riesgo radiactivo, valdría la pena debatirlo.

Antecedentes peligrosos

Chernobyl. Hasta ahora, el único accidente de “máximo nivel” de una central atómica ocurrió el 26 de abril de 1996 en la planta de Chernobyl, en Ucrania, todavía en tiempos soviéticos. Por un error humano, hubo una explosión del hidrógeno acumulado en su interior y saltaron al aire una cantidad inédita de elementos radioactivos. En forma directa, murieron algunas decenas de personas. Pero las cifras de víctimas fatales fueron miles luego debido al consumo de leche contaminada, por la falta de atención y precaución de las autoridades y de información de los lugares afectados alrededor.

Three Mile. En su momento, el mayor accidente –en un nivel 5– había sucedido el 28 de marzo de 1979 en Three Mile Island, EE.UU. En la foto, tomada antes de ese hecho, un vecino corta el césped en el jardín de su casa. Tras el incidente, aunque no hubo víctimas fatales, la población circundante debió ser trasladada.

Cuál es la situación en la Argentina

El mapa energético argentino, según explican los especialistas, se ubica entre los menos diversos del continente, junto al mexicano y por debajo de países como Uruguay o Chile, sólo por hacer el ejercicio de mirar hacia el este y al oeste. Cerca del 90% de la energía bruta se produce a base de hidrocarburos, básicamente gas y petróleo. Esta dependencia tan alta a las dos principales fuentes no renovables plantea un problema. En la foto actual instalada en ese arraigo a energías fósiles, con un desarrollo de la energía nuclear que abastece al 3% de la producción nacional -el 7% en el consumo eléctrico- y con desarrollo casi testimonial de las eólicas y solares, se impone un debate sobre el tipo de energía que se va a usar en el país en los próximos años, atendiendo los costos, las inversiones de proyectos y la contaminación ambiental. En esa discusión también es preciso pensar el rol de la energía nuclear. El programa atómico nacional no se circunscribe a las dos centrales en marcha (Atucha I y Embalse). En poco tiempo se inaugurará Atucha II y en un par de años Carem, un reactor de baja potencia, proyectado para 2014, construido al lado de Atucha I y II, a 100 kilómetros de la Capital Federal. La polémica sobre este tipo de tecnología no sólo gira en torno a cuestiones ambientalistas referidas a los residuos que generan y a la seguridad de las plantas sino también a una cuestión económica.

“Coincido con que la opción nuclear tiene costos altos y plazos largos”, dijo a Clarín el ex secretario de Energía, Jorge Lapeña “Argentina tiene que ver cómo amplia el modo de su oferta y cómo se financia”.


Tomado del diario Clarín de Argentina y escrito por Alejandro Marinelli


viernes, 25 de marzo de 2011

Venezuela: Culminó mantenimiento en Central Hidroeléctrica


Las labores de mantenimiento que se llevaron a cabo, durante el domingo 13 y lunes 14 de marzo, en la unidad Nº 1 de la Central Hidroeléctrica “Leonardo Ruiz Pineda” -San Agatón, perteneciente al Complejo Hidroeléctrico Uribante Caparo, culminaron con éxito, gracias al esfuerzo y mística de los trabajadores del Centro de Generación Los Andes.

Así lo dio a conocer el Ing. José Vivas, superintendente encargado de esta planta, indicando que dicho mantenimiento se hace -aproximadamente- cada dos meses, luego de 1.500 horas de servicio continuo, a fin de garantizar el tiempo de vida útil en los generadores y, así mismo, el suministro de energía eléctrica en los Andes.

En tal sentido, explicó que la Unidad inspeccionada aporta 150 MW al Sistema Interconectado Nacional, cubriendo gran parte de la demanda energética en la región, razón por la cual su mantenimiento se realiza constantemente, una vez que Despacho de Carga lo autoriza.

El personal adscrito a los departamentos: Eléctrico, Mecánico, Instrumentación, Control de Protecciones y Transmisión, ejecutó el mantenimiento del rotor y sistema de excitación, la limpieza general de tableros y principales piezas hidráulicas que componen el generador, entre otras labores que garantizan el buen funcionamiento de esta unidad.

Aunado al trabajo preventivo, se realizó un mantenimiento correctivo a los compresores que suministran la presión de aire en los interruptores de potencia, encargados de sincronizar la conexión del generador con el Sistema Interconectado.

Gracias a la dedicación y trabajo en equipo de los servidores que laboran en la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec), comprometidos con el suministro de energía eléctrica de calidad al pueblo venezolano, este lunes 14 entró en operación la unidad, garantizando nuevamente 150 MW a la región andina.

Tomado del diario La Nación de Venezuela

lunes, 21 de marzo de 2011

El dudoso futuro de la industria nuclear

La canciller alemana Angela Merkel aplazó por tres meses la prolongación de la vida útil de las centrales nucleares del país, Austria impulsa pruebas de resistencia nuclear de la Unión Europea (UE), y en EE.UU., líder mundial en reactores nucleares, el congresista demócrata Ed Markey llamó a una moratoria en zonas de actividad sísmica, amenazando el consenso bipartidista existente.

Según críticos de la energía nuclear, como Greenpeace, la tragedia es portadora de un mensaje categórico.

"Las centrales nucleares son una fuente de energía sucia y peligrosa y siempre serán vulnerables a la combinación potencialmente mortal de un error humano, fallos de diseño y desastres", señaló a BBC Mundo Conrado García del Vado, miembro de Greenpeace en España.

Según sus defensores, es la única estrategia viable en el mundo moderno.

"Es la forma de energía más económica y ambientalmente más segura", aseguró a BBC Mundo Ian Hoie-Lacy, jefe de comunicación de la World Nuclear Association

Renacimiento y crisis

La energía nuclear, que tuvo un momento de máxima expansión hace 40 años, está viviendo un nuevo renacimiento luego de la cautela y repliegue que siguieron a desastres como el de Chernobyl, hace 25 años, y el de Three Mile Island en EE.UU. en 1979.

Según la World Nuclear Association se están construyendo unos 60 nuevos reactores, se planean otros 150 en los próximos diez años y 200 más para la década 2020-2030.

Países como Francia, segundo después de EE.UU. en producción de energía nuclear, dependen casi enteramente de esta fuente energética: el 75% de su electricidad proviene de sus 58 reactores nucleares.

China ha completado la construcción de 10 reactores y tiene 30 bajo construcción. India planea construir 20 durante esta década y Rusia quiere duplicar su capacidad en estos 10 años.

En América Latina funcionan seis de los más de 430 reactores nucleares que hay en el mundo. Argentina y Brasil son líderes regionales, seguidos por México y Chile.

Pero el acuerdo que iba a firmar este marzo el presidente Sebastián Piñera con Barack Obama en Santiago para la construcción de un reactor, ha quedado envuelto en la polémica a raíz de Fukushima.

La polémica refleja los problemas de la industria. Chile es un país sísmico con serios problemas de suministro energético.

La energía nuclear también está penetrando a países de ingresos bajos y medios como Vietnam, Bangladesh y Nigeria, que buscan construir sus primeros reactores atómicos.

El fantasma del día después

Los intereses creados - inversiones multimillonarias, necesidades económicas, apuestas políticas - tendrán un fuerte peso a la hora de decidir el futuro.

Pero a diferencia de otros temas, el nuclear despierta fantasmas de supervivencia colectiva, como reconoció después del desastre de Fukushima un asesor del presidente Barack Obama, Jason Grumet.

"Este accidente disminuye el consenso que se había generado entre grupos medioambientalistas para apoyar la energía nuclear como un modo de combatir el calentamiento global", señaló Grumet al diario The New York Times.

Grupos medioambientalistas señalaron que una gran parte de las centrales nucleares están construidas en lugares que tienen una actividad sísmica "significativa".

Según el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) el 20% de las plantas nucleares están construidas en estas zonas.

Este sábado una manifestación convocada previamente contra los planes nucleares del gobierno de Merkel se convirtió en un hecho multitudinario debido a la tragedia en Japón.

La moratoria declarada por Merkel responde a esta presión política. Fukushima hizo virar su estrategia marcadamente pronuclear hacia la cautela.

¿Y la luz?

El impacto sobre la industria nuclear se ha hecho sentir en los mercados: sus acciones cayeron mientras que los de los valores de energía solar y eólica se dispararon esta semana.

Pero ¿pueden las energías renovables suministrar toda la energía que necesita el mundo moderno?

El problema de energías como la eólica (dependiente del viento) es que el suministro es más difícil de garantizar.

Los defensores de la energía nuclear dicen que una vez pasado el revuelo se pensará todo con más calma.

"Las alternativas son claras: carbón, gas o energía nuclear. La energía nuclear es la única que se puede usar masivamente para las necesidades del mundo moderno sin un efecto contaminante", señaló a BBC Mundo Ian Hoie-Lacy.

En algunos países como China e India, que tienen crecientes necesidades energéticas, la construcción de reactores nucleares seguirá adelante.

Pero Fukushima ha replanteado el debate.

Poco después de la tragedia de Chernobyl el OIEA ajustó los controles regulatorios de la industria.

Pero a más de dos décadas, esos controles siguen siendo voluntarios.

Esto podría cambiar a la luz de lo ocurrido.


Tomado de BBC Mundo.

domingo, 20 de marzo de 2011

Fantasmas de Chernobyl olvidados en la Argentina


Larisa Vaynarovska estaba durmiendo cuando sintió el temblor. Tenía 25 años y dos hijos pequeños, vivía en la ciudad de Pripiat y era electricista de montaje de la planta de Chernobyl.

Es ahora rubia y desvaída, vive en Buenos Aires, tiene en los ojos un profundo cansancio y me cuenta, con pena, que el 26 de abril de 1986 se asomó a la ventana del quinto piso y vio en el horizonte un rayo en medio de un hongo de humo y fuego. A pesar de que el televisor estaba desenchufado parecía encendido, y, por unos segundos, su mente se sintió aletargada por una onda inaudible. Larisa no sabía ni cómo se llamaba en esos momentos. Se metió en la cama y se volvió a dormir.

Una de las acepciones de la palabra "chernobyl" podría ser "ajenjo". En la antigüedad se creía que esa bebida amarga era mortal y se la usaba como sinónimo de veneno. En la Biblia, específicamente en el Apocalipsis 8 10-11, puede leerse un pasaje curioso: "El tercer ángel tocó la trompeta y cayó del cielo una gran estrella ardiendo como una antorcha, y cayó sobre la tercera parte de los ríos y sobre las fuentes de las aguas. Y el nombre de la estrella es Ajenjo. Y la tercera parte de las aguas se convirtió en ajenjo, y muchos hombres murieron a causa de esas aguas, porque se hicieron amargas".

Al día siguiente de aquellos temblores, de aquel relámpago y de aquel hongo siniestro, Larisa se desayunó con la noticia. Un repentino incremento de potencia en el reactor 4 había recalentado el centro de la usina nuclear. La explosión terminó con la vida de 31 personas, pero el material radiactivo que se desparramó fue quinientas veces mayor que en Hiroshima. Ucrania era parte integral de la Unión Soviética, gobernaba Mikhail Gorbachov y a pesar de la glasnost la información pública seguía silenciada. Pripiat era una ciudad de cincuenta mil habitantes destinada a operarios de la planta de Chernobyl, un pequeño paraíso de provincias construido alrededor de un generador de energía atómica. Y nadie le dijo a Larisa con claridad estos detalles ni la gravedad del asunto. Nadie le dijo, tampoco, que su vida cambiaría para siempre.

Tuvo un presentimiento, sin embargo, cuando ese mismo sábado le repartieron a la población pastillas para las lesiones de tiroides. La radiación ataca con nódulos a repetición, muchas veces mortalmente cancerígenos. La radiación entra primero por la garganta. No lo sabía Larisa Vaynarovska, pero en ese momento los vientos esparcían la radiación por todo el país y se contaminaban la tierra y las aguas. La vida cotidiana en Pripiat seguía como si nada hubiera ocurrido. Sólo al día siguiente, después de otra noche de insomnio, oyeron por radio la orden de evacuación. "Nos vamos por tres días", les comunicaban. Había que llevarse lo mínimo, una bolsita y poco más. Larisa tomó a sus dos hijos y se subió a un ómnibus sin saber que no regresaría. O que lo haría brevemente y por fuerza mayor. "Volví a los tres meses, con botas y barbijos, y todo estaba tal como lo había dejado, hasta con el mismo olor -me relata con voz tenue-. Me flaqueaban las rodillas. Metí todo lo que pude en tres valijas y me fui. Pero hoy me levanto a diario llorando. Estoy en la Argentina, pasaron más de veinte años y, sin embargo, sueño cada noche que estoy en aquella casa. Sueño con los objetos perdidos."

Me muestra una foto en blanco y negro de Pripiat. Luego entro en Internet y me detengo en una toma reciente. Sigue siendo una ciudad fantasmal e inaccesible, árboles extraños y malformados cubren como garras monstruosas los monoblocks.

Estoy ahora en una oficina diminuta y opresiva en Barrio Norte, y los cinco fantasmas argentinos de Chernobyl me hablan en precario castellano y me sostienen miradas líquidas y fatigadas. Por un convenio incompleto, ellos y miles de ucranianos más vinieron a la Argentina en busca de sosiego. El gobierno soviético los había barrido bajo la alfombra, la república independiente se diluye en impotencias y el Estado argentino no fue capaz, en todos estos años, de cumplir con la otra parte del trato: darles algún tipo de protección social, enseñarles el idioma, permitirles las reválidas de sus títulos universitarios, seleccionarlos por oficio y enviarlos a las provincias donde su mano de obra calificada fuera útil. Eran parias en Ucrania y son parias en la Argentina. Algunos de ellos tienen que limpiar pisos para sobrevivir.

Valentina Akhmedziaova vino en 2001, cuando nuestro país estallaba en mil pedazos. La crisis argentina le parecía, no obstante, menos tenebrosa que la radiación. Se trata de una gringa de ojos azules que estudió música en Moscú, se recibió de profesora, es una gran instrumentista y toca maravillosamente una variación local del acordeón a piano llamado baian . En aquel año fatídico de la explosión integraba una orquesta estatal de cien músicos. A la semana de la tragedia les dieron la orden de viajar a la zona y dar un concierto. Llegaron a la ciudad vacía y todo lo que recibieron fue vodka para relajarlos y porque supuestamente los protegía de la radiación nuclear. Ella no podía salir del colectivo. Ya había perdido todas las fuerzas.

Un tiempo después envió una carta al Ministerio de Cultura para mostrar que las secuelas eran terribles, y los burócratas le respondieron que jamás habían enviado a esa orquesta a la zona de Chernobyl. Esa gira había sido borrada de los libros y expedientes oficiales. No había tenido lugar.

A Valentina la atacan enormes nódulos a repetición y la han sometido a operaciones quirúrgicas. Tiene las defensas bajas y poca fuerza en las manos. La eximia instrumentista vive pobremente de ocasionales y muy escasos alumnos, y de tareas de limpieza, que hace para seguir comiendo. Me pide permiso para irse temprano. Vive en José León Suárez, viaja colgada de un tren y tiene miedo cuando cae la noche. Se nota que está profundamente sola.

En realidad, la primera que me habla es Ludmila Panasetsva, otra rubia de ojos translúcidos que vivía, con su marido ferroviario y su hijo de dos años, en un edifico a menos de dos kilómetros de la planta nuclear. Ludmila estaba embarazada de ocho meses cuando los vasos y los platos comenzaron a temblar en su departamento. Las primeras horas nadie los informaba: el incidente tampoco había tenido lugar. Viajó con lo puesto a la capital de la provincia y contó lo que se había ido enterando: nadie podía creerlo. Cuando los rumores se fueron confirmando parcialmente, su marido tuvo que volver para ayudar con las evacuaciones masivas y su suegra comenzó a tener temblores nerviosos. Esas convulsiones, producto de la radiación, evolucionaron hacia un falso pero devastador Parkinson.

La ola invisible de la radiación produce extrañas afecciones, dolores de garganta perpetuos, cáncer de lengua y ataques de hígado: Ludmila no podía comer nada sin que le diera una pataleta. A los 25 años parecía vieja. Le hormigueaban los brazos y sufría mala circulación de sangre, anemia crónica y dolores de cabeza. Las jaquecas volvían loco al ferroviario. "Ahora somos gente olvidada -me dice ella-. A nuestro consulado no le importa lo que nos pasa. Siguen eludiendo el tema. Y nadie quiere hablar del impacto que produce la radiación. El 14 por ciento de la población ucraniana tiene alguna discapacidad, principalmente por las secuelas directas o indirectas de Chernobyl."

Porque cierta historia que se impone como oficial intenta refutar las evidencias. Intenta refutar las estelas catastróficas que dejó el incidente nuclear. Poderosos intereses políticos y económicos, en un mundo cada vez más necesitado de energía, operan para dejar las cosas como están y no hacer más olas. Los expertos nucleares han logrado que se diga que se exageran las consecuencias y que no son científicamente comprobables. Sin embargo, muchos países europeos protegieron su cadena alimentaria y resistieron la entrada de setas comestibles, leche y otras producciones ucranianas. Finlandia y Suecia no permiten que pase por su frontera el ganado. Y Alemania, Polonia, Italia y Austria han detectado alto nivel de veneno radiactivo en jabalíes, ciervos, bayas y peces. Leo que en un área de cuatro kilómetros cuadrados de pino, alrededor de Chernobyl, el bosque se volvió marrón y dorado, los animales perecieron y una manada de caballos abandonada en una isla ubicada a seis kilómetros del accidente "se extinguió al desintegrarse sus glándulas tiroides".

Tengo, además, cinco testigos de cargo frente a mí. Cinco ucranianos con historias elocuentes. Esas historias rompen el cerco de silencio que tendieron la política y la indiferencia. Me cuentan que chicos de seis o siete años sufren infartos y que se les caen los dientes: en esa generación el material radiactivo está dañando el corazón y las áreas óseas. "Llamamos a Ucrania y nuestros amigos mueren del corazón aproximadamente a los 45 años -agrega Ludmila-. Las mujeres sólo sobreviven dos años a una operación de mamas."

Interviene Tatiana Kachanova para decir que en su boda, hace más de treinta años, había cien parientes invitados, y que hoy no queda con vida ni uno solo. Los propagandistas del lobby nuclear dirían que fallecieron de muerte natural. Pero parece quedar poco de "natural" en las zonas de influencia de Chernobyl.

Tatiana se lamenta de que su marido Sergio, geólogo, no pueda estar presente en esta conversación: está internado, luchando por su vida. Después de exponerse como voluntario en la planta nuclear fue azotado por todo tipo de enfermedades: cirrosis, pancreatitis, diabetes, cardiopatías. Tatiana y Sergio vivían en Kiev cuando se produjo la explosión. Tenían dos hijos de 4 y 6 años. Salieron a la calle el 27 de abril de 1986 y las caras y las manos de los niños se les pusieron rojas, y la piel reseca. Los profesores de la escuela sugirieron que volvieran al hogar y cerraran todo. El viento envenenado soplaba sobre ellos y los charcos de agua de las esquinas tenían bellas pero tenebrosas tonalidades verdes y azules. "Y muchos hombres murieron a causa de esas aguas, porque se hicieron amargas", decía el Apocalipsis.

El geólogo llegó de Siberia en esos días y trajo consigo un aparato para medir la radiación. Revisó la casa objeto por objeto, y encontró niveles radiactivos altísimos en cada uno de ellos. Tiraron la alfombra, el televisor, se deshicieron de elementos de cocina y ropas de toda clase; a partir de entonces eludieron el agua sin hervir, los huevos y la carne. Todo estaba contaminado o era sospechoso.

Pero esas prevenciones sirvieron de poco. En 1998 Sergio cometió un grave error. Hubo un llamado general para ir cuatro meses a la planta de Chernobyl a reparar lo irreparable, y el geólogo no pudo con su genio y se anotó como voluntario. Salió con alto grado de discapacidad de esa experiencia. "Seguimos viviendo en Kiev -me dice Tatiana, con ojos grandes y elocuentes-. Me acuerdo de que las frutillas se ponían como tomates, y de que cuatro familiares nuestros que las comían tuvieron cáncer de lengua: murieron en el término de un año. En 1994, Sergio tomó un mapa y me dijo: Argentina es el país más limpio del mundo. Es por eso que nos vinimos. Pero no cobramos jubilaciones ni tenemos coberturas médicas ni fuerzas para trabajar. Nos enfrentamos día y noche con la burocracia y, también, con el silencio y con el olvido."

La embajada de Ucrania en la Argentina no relativiza la gravedad del asunto. Es una administración nueva y está tejiendo la firma de dos convenios con nuestro Gobierno: uno para equiparar los títulos universitarios y otro para crear algún tipo de protección médica. Pero las buenas intenciones suben por la escalera y la desesperación usa el ascensor. La democracia ucraniana es joven e inexperta, el colapso soviético la dejó a la intemperie, y ahora juran que no hay recursos financieros suficientes para hacer frente a esa herencia masiva y catastrófica, sin parangón en la historia de la humanidad.

Larisa, Valentina, Ludmila y Tatiana ya se han marchado. Me quedo con Oleksandr Zakorodnyuk, un hombre rudo que trabajaba de chofer en otra planta nuclear de Ucrania y que el 1° de septiembre de aquel año fatídico fue elegido a dedo y obligado a viajar a Chernobyl para seguir con las tareas de "reparación". Estuvo 25 días viviendo en una escuela evacuada, en jornadas de doce horas, trasladando tierra para separar la laguna del río, a doscientos metros del agujero negro. Cada uno de aquellos operarios venía con un aparatito para medir la radiación: se los quitaron el primer día. Sólo estaban protegidos por guantes y barbijos, pero no tenían miedo. No creían estar en peligro real, aunque luego comenzaron los problemas: presión en los riñones, hormigueos en el lado izquierdo del cuerpo.

Salgo a la calle con Oleksandr. Tiene manos ásperas de trabajador. Me cuenta que hace de todo: albañil, carpintero, lo que venga, para darle de comer a su hija de nueve años. Se casó con una peruana y, al igual que otros 15.000 ucranianos, intenta adaptarse a este país del sur del mundo. Me menciona al pasar la palabra "Atucha". Pienso en una explosión, en vientos cargados, aguas envenenadas, ciudades desoladas y vacías, vidas arruinadas, plagas eternas.

Oleksandr me da la mano rugosa y me sonríe: tiene un diente de metal que sugiere una vida proletaria y valiente. Toma el subte y se dirige al Bajo Flores. Está cayendo la noche y se van prendiendo con fuerza las luces de la ciudad. No puedo sacarme de la cabeza esa maldita palabra. La palabra "Atucha". Y me duele la garganta. Es como si la empatía o la sugestión me la hubieran cerrado a lo largo de la tarde. El precio de la imaginación es el miedo. Imagino que nadie está a salvo.

Los testigos "argentinos" de la catastrofe

  • Quiénes son : Larisa Vaynarovska era electricista de montaje de la planta de Chernobyl. Valentina Akhmedziaova, una eximia música, tocaba en una orquesta oficial. Ludmila Panasetsva vivía a sólo dos kilómetros de la usina nuclear con su marido ferroviario. Tatiana Kachanova está casada con un geólogo que participó en las reparaciones de la planta. Oleksandr Zakorodnyuk estuvo 25 días después del accidente trabajando en el núcleo de la radiación.

  • Qué es Oranta : la Asociación de Emigrantes y Refugiados de Europa Oriental, que contiene a esos sufridos peregrinos, lucha por sus derechos, denuncia las promesas incumplidas de los gobiernos y lleva a cabo campañas de esclarecimiento sobre los peligros y secuelas nucleares. Su mail: info@oranta.org.ar

Tomado del diario La Nación de Argentina y escrito por Jorge Fernández Díaz

sábado, 19 de marzo de 2011

Argentina: cordobeses diseñan un molino de viento más efectivo


Un grupo de ingenieros y arquitectos de Córdoba diseñó un nuevo tipo de generador eólico que no requiere de vientos potentes para producir energía. La idea ya probó su efectividad en una simulación por computadora y fue adoptada por el Instituto de Nacional de Tecnología Industrial (Inti) de Córdoba para construir el prototipo.

Rodrigo Quiroga (ingeniero aeronáutico, 37 años), uno de los impulsores de la idea, asegura que hace 10 años que trabajan en este concepto. Comenzó como un trabajo para la tesis de grado de Arquitectura de José Armas y Daniel Luna.

Desarrollaron varios modelos teóricos a diferentes escalas, pero siempre tuvieron inconvenientes para conseguir el dinero para construir el prototipo. “Muchos colegas veían el diseño y prejuzgaban que no iba a funcionar”, asegura Quiroga.

Finalmente, consiguieron el dinero para contratar a una empresa que simule su funcionamiento en una computadora. “Para sorpresa de muchos, funcionó”, cuenta.

Ocurre que su aspecto es bastante enigmático y se aleja mucho de lo que puede ser un generador eólico clásico. Sin embargo, la torre convectiva (tal su nombre correcto) no sólo puede aprovechar vientos menos poderosos, sino también los movimientos de aire que provocan fuentes locales de calor.

Un caso práctico es un frigorífico. Para enfriar se utilizan equipos que generan calor (lo mismo ocurre con una heladera). El aire que circula alrededor de los equipos también se calienta y tiende a subir (al ser menos denso que el aire frío), por lo que genera una corriente ascendente.

La torre convectiva tiene una base por la cual ingresa este aire y asciende por una chimenea de unos dos metros dentro de la cual hay un aerogenerador que convierte el movimiento de las hélices en energía.

Quiroga compara su efectividad con la de un generador eólico clásico: “Se necesita un generador con astas tres veces más grandes que las de nuestro diseño para generar la misma cantidad de energía”.

Una de las razones de esta efectividad es que la torre convectiva comienza a funcionar con vientos de 14 kilómetros por hora, mientras que un generador clásico sólo trabaja en el rango de vientos de 36 a 90 kilómetros por hora.

Ni en los mejores sitios hay vientos de esta velocidad durante todo el año, por lo que sólo están funcionales entre el 30 y 40 por ciento del año, mientras que la torre convectiva genera energía el 80 por ciento del día, señala Quiroga.

Además, el mantenimiento es más económico ya que el diseño es más simple y no son tan altos. Los molinos de viento del Parque Eólico “Antonio Morán”, en Chubut (el más grande de Sudamérica), tienen 41 metros de altura.

El Inti ahora gestiona un subsidio para construir el prototipo que se instalará en la sede Córdoba de la institución para probarlo durante tres meses.

“Tenemos la simulación que funcionó y los planos. Estamos tratando de conseguir los fondos para construir un prototipo para estudiarlo”, indicó Ernesto Aguirre, responsable del área de Aeronáutica del Inti.

El prototipo generará cinco kilovatios de energía, lo suficiente para alimentar el funcionamiento normal de una vivienda urbana.

Aguirre calculó que con una fabricación a escala, el costo del equipo se amortizaría en cinco años. Su durabilidad supera la que puede tener un equipo de paneles solares.

Fabricar el prototipo tendrá un costo de 80 mil pesos, pero al construirlo en serie valdría un tercio de esa suma.

De todas maneras, los impulsores buscan interesados en invertir en el proyecto. Para contactarse, enviar un mail a: rojoquiroga@gmail.com


Tomado del diario La Voz del Interior de Córdoba, Argentina.

viernes, 18 de marzo de 2011

Entrevista a Agustín Alonso: Catedrático emérito de Ingeniería Nuclear

Las noticias sobre los problemas de la central nuclear de Fukushima, en Japón, han puesto sobre la mesa el tema de la seguridad de este tipo de instalaciones. Agustín Alonso, catedrático emérito de ingeniería nuclear de la Universidad Politécnica de Madrid y autor de un informe para el Foro Nuclear sobre la seguridad de las centrales españolas, ha charlado con los lectores sobre este tema. Alonso colabora además en la redacción del Diccionario de Ingeniería que lleva a cabo la Real Academia de Ingeniería.

¿Cómo está la situación en Fukushima?

En este momento, después de las actuaciones de la defensa militar japonesa, ha mejorado sustancialmente, porque ha sido posible añadir agua a los reactores averiados por medio de helicópteros y de camiones cisterna.

¿Qué es lo mínimo que podría pasar?

En este momento, lo mínimo posible es que cese la liberación de radioactividad al exterior y las personas que están evacuadas puedan volver pronto a sus hogares.

¿Recomendaria a los futuros graduados en ingenieria especializarse en ingenieria nuclear despues del suceso de Fukushima?

Creo que la Ingeniería Nuclear va a ser, en el futuro, una disciplina, y por tanto una profesión, interesante para aquellos que se interesen por la tecnología en general y la nuclear en particular.

He tenido la sensación de que desde el foro nuclear y otros estamentos sea tratado de minimizar las posibles consecuencias de este accidente. ¿Ha tenido usted esa misma sensación?

No. No he tenido esa sensación. El Foro Nuclear tiene la misión de informar a la población de la mejor manera posible y utilizando fuentes fiables, tales como el Foro Atómico Japonés, la propia compañía propietaria de la central, y también del Organismo Internacional de Energía Atómica, que tiene su sede en Viena.

¿Realmente hay posibilidades de que consigan evitar la catástrofe, que hayan fugas de material radioactivo?

Se han producido fugas de material radiactivo, fundamentalmente gases radiactivos y productos volátiles. Hasta ahora, las cantidades no han sido radiológicamente significativas y se espera que no haya nuevas fugas de materiales radiactivos de mayor importancia en forma de partículas.

En caso de producirse la fusión del núcleo, ¿cuánto tardaría en enfriarse? ¿Penetraría en la tierra?

El combustible nuclear, aunque el reactor esté apagado, sigue produciendo energía durante mucho tiempo. Por lo tanto, el material fundido, en el caso de que se produzca, ha de ser refrigerado durante todo ese tiempo. El calor se irá disipando a medida que el fundido vaya entrando en contacto con otros materiales. Debajo del reactor existe una losa de hormigón de más de 5 metros de espesor. El calor del reactor pasaría a esta losa, que se iría descomponiendo por el calor emitido por el material fundido, esperando que no llegue a penetrar en la tierra. Por ejemplo, el núcleo fundido en la central de Chernobil fue retenido por la mencionada losa, sin penetrar en la tierra.

Refigerar la central nuclear con nitrogeno liquido, ¿sería muy peligroso por la reacción química que se originaria? Muchas gracias.

No, porque el nitrógeno es un gas inerte, que no reacciona fácilmente con otros productos. De hecho, el uso de nitrógeno líquido fue considerado en el control de los residuos del núcleo de la central de Chernóbil.

¿Que porcentaje de la verdad de lo que está ocurriendo en la central nos están contando?

La información que mandan las autoridades y los responsables japoneses es, por lo general, de tipo telegráfico. Incluyen los hechos principales sin aportar detalles sobre las causas y consecuencias de tales hechos. Sin embargo, analizando con detalle la información que remiten, se concluye que se ajusta a lo tecnológica y científicamente esperado.

¿Qué soluciones se aportan para el almacenamiento de la basura nuclear?

Los residuos nucleares que se generan en la explotación normal de las centrales nucleares se almacenan de forma segura en el emplazamiento que que la Empresa Nacional de Residuos (Enresa) tiene en El Cabril (Córdoba). Los residuos nucleares que proceden del desmantelamiento de las centrales se almacenan también en la misma instalación. El combustible usado en las centrales nucleares se almacena en las propias centrales nucleares en espera de que se construya en España el Almacén Temporal Centralizado (ATC).

¿Son seguras las centrales nucleares españolas?

El Foro Nuclear ha publicado recientemente un informe titulado "La seguridad de las centrales nucleares del parque nacional". En dicho informe, se incluyen los índices de seguridad de las centrales nucleares españolas y se comparan con los índices de seguridad de las centrales de otros países. Se deduce que las centrales españolas están dentro del cuarto mejor índice de seguridad del mundo.

¿Por qué se utiliza el plutonio en uno de los seis reactores, siendo el elemento más tóxico existente?

El plutonio se utiliza en algunos países para sustituir al Uranio 235 como combustible nuclear. El plutonio tiene una vida media de 25.000 años y emite partículas Alfa. Una partícula de plutonio sobre la piel no produce ningún daño, porque las partículas Alfa quedarían retenidas por las células muertas de la propia piel. La toxicidad del plutonio depende de que se introduzca o no en el cuerpo humano y de la forma química en que la que se incorpora. El plutonio se utiliza en forma de óxido, que es insoluble, de tal forma que si se ingiriese una partícula de plutonio, ésta sería eliminada sin haber sido retenido en ningún órgano del cuerpo humano. Por tanto, la toxicidad del plutonio depende de su forma química y de la manera de llegar al cuerpo humano.

Muy buenas señor Alonso, mi pregunta es: ¿Qué es lo peor que podría ocurrir en la central nuclear de Fukushima y que consecuencias podría tener a nivel local e internacional? ¿ve la situación controlada?

Parece que la situación está ahora controlada. En el peor de los casos, los núcleos de los reactores y el combustible almacenado en las piscinas llegaría a fundirse y emitiría cantidades significativas de radiactividad a la atmósfera. La radiactividad se emitiría fundamentalmente en forma de partículas, que se despositarían sobre el suelo a nivel local, con muy baja probabilidad de que afectasen a los países vecinos. Por lo tanto, a nivel local, el suelo quedaría contaminado con las partículas emitidas.

¿Cuál cree usted que es la principal lección que se debe extraer de los problemas de Fukushima?

La principal lección que se podrá obtener del accidente de Fukushima es la importancia del diseño sísmico de las centrales nucleares. Estos diseños han de ser revisados para tener la seguridad de que, en el caso de que se produzca el llamado "sismo máximo previsible", la central pueda ser parada, refrigerada y los productos radiactivos, confinados.

¿Se puede asegurar que no habra una fusión del núcleo en ninguno de los reactores, con el consiguiente impacto medioambiental durante siglos?

A la vista de la situación actual, se espera que no habrá fusión en ninguno de los núcleos de los reactores. En este momento, el riesgo de este fenómeno es todavía elevado en la piscina de combustible usado de la unidad 4. En el caso de que suceda, no se produciría un impacto medioambiental durante siglos. Los terrenos contaminados tendrían que ser descontaminados de forma adecuada, como se está haciendo en el caso de los suelos contaminados por la central de Chernóbil.

Por favor revise su respuesta. En centrales nucleares no se utiliza U235, se utliza U238, que postfisión sería en una pequeña parte U235 ¿no es así?

El Uranio 238 no experimenta la fisión nuclear. El Uranio 235 sí experimenta la fisión nuclear. El combustible nuclear está formado de entre el 3 al 5% de Uranio 235 y, el resto es Uranio 238. Este Uranio 238, que no se fisiona, sí absorbe neutrones, para convertirse en Plutonio 239, que sí se fisiona. Por lo tanto, la energía generada en el reactor procede de la fisión del Uranio 235 y de la fisión de plutonio 239 que se genera a partir del Uranio 238.

¿Podría producirse una explosión nuclear a gran escala que afectara a una mayor parte del territorio?

Los reactores nucleares están parados, con las barras de control insertadas. En el potencial proceso de fusión del núcleo de un reactor, la eficacia de las barras de control podría quedar en entredicho. Para resolver el problema, se añade al agua refrigerante ácido bórico, para impedir la explosión nuclear. Los japoneses han anunciado la introducción de agua con ácido bórico y han hecho una petición internacional para conseguir más si fuese necesario. El boro es un gran absorbente de neutrones, y por eso se añade al agua de refrigeración.

¿Para cuántos años de funcionamiento se diseñaron las centrales españolas?

Por razones fundamentalmente económicas, el diseño de las centrales nucleares, como en otros países, se limitó a 40 años. La experiencia de explotación ha demostrado que puede alargarse su vida hasta 60 o más años, siempre que se establezcan un programa de gestión del envejecimiento de los componentes más sensibles. Las centrales españolas han establecido este programa de gestión y pueden funcionar, en periodos de 10 años, de forma segura, económica y fiable dentro de los requisitos establecidos por el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN). El CSN ha dictaminado que la Central Nuclear de Garoña puede funcionar hasta el año 2019, sin embargo, el Gobierno ha decidido el cese de su operación el 5 de julio de 2013, sin bases técnicas.


Tomado del diario El País de España.

Vocabulario nuclear

Fusión del núcleo: Es un daño grave del núcleo del reactor debido a un sobrecalentamiento. La fusión del núcleo se produce cuando un fallo grave del sistema de la central impide la adecuada refrigeración del núcleo del reactor. Sin esa refrigeración, los soportes que contienen el combustible nuclear se recalientan hasta llegar a derretirse. Tal situación supone un gran peligro dado que existe el riesgo de que el material radiactivo (el combustible nuclear) sea emitido a la atmósfera. Asimismo, la fusión del núcleo hace al reactor inestable hasta que sea reparado. (No confundir con fusión nuclear, que es la reacción entre núcleos de átomos ligeros que conduce a la formación de otro núcleo más pesado, en un proceso que va acompañado de la emisión de partículas elementales y de energía).

Reactor nuclear: Instalación en la que se inicia, mantiene y controla una reacción nuclear en cadena. Hay dos tipos: el reactor (nuclear) de agua a presión, que es un reactor refrigerado con agua natural a una presión superior a la de saturación, para impedir la ebullición; y el reactor de agua en ebullición, que es un reactor refrigerado con agua natural, que se hace hervir en el núcleo en una cantidad considerable.

Contención: Es la estructura que contiene el núcleo del reactor. Está construido con paredes de hormigón armado y acero.

Vasija: Recipiente que contiene el núcleo de un reactor nuclear, con las vainas de combustible, el reflector, el agua radiactiva, parte del refrigerante y otros componentes.

Vaina del combustible: Cubierta que contiene las barras de combustible. Es un recipiente hermético que alberga el combustible nuclear. Impide la salida de los productos de la fisión y garantiza la resistencia mecánica que asegura la integridad del combustible. Están colocadas en el interior de la vasija.

Barras de combustible: Es el combustible nuclear dispuesto en forma de barra y formado por pastillas. Están colocadas en el interior de la vaina.

Fusión nuclear: Reacción entre núcleos de átomos ligeros que conduce a la formación de otro núcleo más pesado. El proceso va acompañado de la emisión de partículas elementales y de energía.

Fisión nuclear: Reacción nuclear en la que tiene lugar la ruptura de un núcleo pesado, generalmente en dos fragmentos cuyo tamaño son del mismo orden de magnitud, y en la cual se emiten neutrones y se libera gran cantidad de energía. Es el proceso habitual que se lleva a cabo en las centrales nucleares.

Circuito de refrigeración exterior: Circuito de agua que se toma de una fuente natural (río, embalse, lago, mar) y se usa para condensar el vapor de agua una vez que éste ha movido la turbina (de forma similar a las de cualquier otra central térmica de carbón, fueloil o gas). El agua, que nunca está en contacto con el combustible nuclear, se devuelve al río, el embalse o el mar, a una temperatura ligeramente superior a la que se tomó.

Circuito primario de refrigeración: Sistema cerrado por el que circula el fluido refrigerante de un reactor nuclear (en la mayoría, agua) que extrae el calor generado en el núcleo por la reacción nuclear. Es el circuito que contiene el fluido que está directamente en contacto con los elementos combustibles.

Circuito secundario de refrigeración: Sistema cerrado por el que circula agua que recoge el calor del fluido del circuito primario, sin mezclarse con él, para convertirse en vapor e incidir sobre la turbina para producir electricidad. El intercambio de calor entre ambos circuitos se realiza en el generador de vapor, por lo que el agua del circuito no está nunca en contacto directo con el combustible.


Fuente: Consejo de Seguridad Nuclear y tomado del diario El Pais de España

miércoles, 16 de marzo de 2011

Japón: Estado de los reactores de Fukushima


La central nuclear de Fukushima I, situada en la zona más afectada por el terremoto y posterior tsunami que asolaron Japón el pasado viernes, está "fuera de control", según aseguró ayer la Comisión Europea. Esta es la situación, según el último balance de la Agencia Japonesa de la Energía Atómica:

Fukushima Daiichi (central I)

-Reactor 1: No tiene daños en la estructura de contención, pero hay problemas en el interior del núcleo. La agencia Kyodo alerta (atribuyéndole la información a Tepco, la empresa propietaria de la central) que los daños afectan al 70% en las barras de combustible, lo que hace temer su fusión. No están funcionando los sistemas de refrigeración y el edificio que recubre la estructura de contención está "seriamente dañado". Se está inyectando agua de mar en la vasija del núcleo, en el conducto de ventilación y en la estructura de contención.

No se tiene información sobre su piscina de combustible usado.

-Reactor 2: También ha sufrido daños en el núcleo (en el 30%, según Kyodo). Se "sospecha" que tiene también dañada la estructura de contención, por lo que podría estar escapándose vapor radiactivo. Sin embargo, el edificio exterior del redactor solo está "ligeramente dañado". Tampoco están funcionando los sistemas de refrigeración y se le está inyectando agua de mar en la vasija del núcleo. También se está preparando para inyectar agua en el conducto de ventilación, mientras se decide si se hace lo mismo en la estructura de contención.

No se tiene información sobre su piscina de combustible usado.

-Reactor 3: Dado que durante la noche ha emitido un humo blanco, se sospecha la estructura de contención está dañada, aunque el Gobierno ha dicho que es poco probable que sean daños serios. Las barras de combustible también están dañadas (no se sabe el porcentaje, pero se sabe que este reactor emplea plutonio, que es más peligroso para la salud humana en caso de fuga). Los sistemas de refrigeración no funcionan y el edificio exterior también está "seriamente dañado". Se está inyectando agua de mar en la vasija del núcleo y en el conducto de ventilación, mientras se decide si se hace también en la estructura de contención.

Se prepara una inyección de agua en su piscina de combustible gastado tras descender el nivel, para evitar que las barras viejas, más contaminantes que las que están en uso, queden al descubierto.

-Reactor 4: El miércoles se volvió a incendiar, después de que ya lo hiciera ayer, tras una explosión de hidrógeno. Su situación es algo mejor que los tres anteriores, porque el reactor no tenía combustible en el momento del terremoto y por tanto ni necesita refrigeración ni hay peligro en la vasija del núcleo o en la estructura de contención. Su edificio exterior está destruido por los dos incendios.

El mayor problema que presenta es que ha bajado mucho el nivel del agua de su piscina de combustible gastado, lo que podría ocasionar una fuga radiactiva, por lo que se prevé inyectarle agua.

-Reactor 5: también estaba en mantenimiento durante el terremoto. La temperatura en la piscina de combustible ha subido ligeramente y se le ha inyectado algo de agua, según ha informado Tepco.

-Reactor 6: Idéntica situación al reactor 5.

Fukushima Daiini (central II)

Sus cuatro reactores se detuvieron automáticamente a raíz del terremoto y están en actualmente operativos. El sistema de refrigeración alimentado por electricidad está en funcionamiento, lo que no hace necesario usar el sistema de refrigeración secundario ni la inyección de agua de mar.


Hacer click en la infografia y luego ampliar mediante otro click para apreciar los detalles del evento lamentablemente sucedido en Japón.

Tomado del diario El País de España

Radiación, el peor veneno para los tejidos humanos

"La radiación puede matar. Suministrada en grandes dosis causa daños severos en los tejidos. En niveles reducidos puede originar cáncer e inducir efectos genéticos que afectan a hijos, nietos y descendientes de las personas irradiadas". La frase consta de un informe internacional del Comité Científico de las Naciones Unidas sobre Efectos de las Radiaciones Atómicas (UNSCEAR) editado en 1985. Pero la catástrofe de Fukushima, que Europa acaba de calificar como “apocalíptica”, termina de recordarle al mundo que esa premisa sigue vigente.

Si bien el gobierno japonés ha dicho que el nivel actual de radiación en Tokio no pone en peligro la salud, en dosis elevadas el riesgo para la población llega básicamente por dos vías: una es la inhalación y la ingesta de comida y líquidos contaminados. En el caso del accidente nuclear de la planta ucraniana de Chernobyl, en febrero de 1986, los principales “contribuyentes” a las enfermedades desarrolladas por los habitantes de la región fueron el yodo–131 y cesio–137 que “envenenaron” los alimentos . Son los mismos elementos encontrados en el exterior del complejo de Fukushima y que pueden haberse propagado hacia Tokio, donde ayer se observó un aumento en el nivel de radiactividad.

Si las dosis elevadas de radiación se ponen en evidencia en cuestión de días, las pequeñas no son inocuas. “Pueden activar cadenas de hechos que conduzcan al cáncer y a lesiones genéticas ”, afirma el informe. La diferencia en todo caso es que las dolencias podrán tardar años en aparecer y las malformaciones se manifestarán en generaciones futuras.

¿Cuáles son las “dosis” que una población puede tolerar sin correr riesgos de muerte inmediata? Según los expertos, hay una medida: “Entre 3 y 5 gray (unidad de absorción de radioactivos en tejidos vivos) se puede decir que es de 50% la mortalidad entre individuos expuestos”, reveló el doctor Juan Carlos Giménez, especialista en radiopatología y director del Instituto de Medicina y Radiomedicina. Sostuvo que la “descarga” de yodo–131 y cesio–137 por fuga radioactiva puede, según las magnitudes, producir cáncer de tiroides. “Esto se vio después de Chernobyl”.

Los ciudadanos de naciones nucleares asisten asombrados al desarrollo de la tragedia. Para los expertos, no es posible hablar de niveles de exposición “seguros”.

Y de hecho, hoy se vuelve a discutir cuál es el umbral de lo tolerable en el año que un ser vivo puede recibir. En niveles de 3 a 5 gray, pueden afectarse la médula ósea, los órganos reproductores y los ojos. En los niños, dosis más pequeñas pueden interrumpir el proceso de crecimiento. Lo cierto es que si a dosis altas hay un destino fatal a corto plazo en parte importante de las personas afectadas, en bajas dosis el problema aparece a largo plazo con el cáncer de tiroides, de mama y de pulmón.


Tomado del diario Clarín de Argentina

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